El dichoso día de la fiesta llegó por fin y Jimin sólo quería permanecer encerrado en su habitación junto a Jungkook.
Todo era un caos en el castillo, alfas, omegas y betas corriendo por doquier con adornos y flores, él no entendía para qué tantas cosas cuando estaba más que claro que la fiesta solo duraría a lo máximo una hora porque Jimin aclararía las cosas desde un principio, daría un discurso corto que llevaba practicando desde días atrás y se marcharía con su alfa hacia donde sea.
Hablando del alfa, habían podido estar de nuevo juntos, claro, a escondidas. Jimin odiaba aquello, su hermano había aclarado de nuevo que solo les permitiría estar juntos dependiendo del resultado de aquella noche y que no quería verlos juntitos antes de eso.
También dijo que era una falta de respeto hacia el gran Jackson Wang que las pocas veces que Jimin habló con él solo fueron para escuchar como hablaba de sí mismo y su riqueza, de como él era el mejor partido, la mejor opción para tener una vida perfecta siendo omega.
Si Jimin le odiaba al principio ahora le aborrecía, pero trataba de ser lo más amable y educado posible para luego poder recibir su premio.
Jungkook le apremiaba con mimos y muchos besos que lo dejaban jadeante por más, así como en esos momentos.
Se encontraban dentro de la pequeña bodega que tenía el invernadero con Jimin sentado sobre una mesa de madera y Jungkook entre sus piernas.
Jimin jadeó ante el repentino golpe de calor en su cuerpo y abrazó con mayor fuerza las caderas del pelinegro, sus manos sujetaron con fuerza la nuca de Jungkook, buscando desesperadamente profundizar aquel beso.
-Maldición.-gruñó Jungkook ante la oleada de excitación, sus manos se apretaron en los muslos de Jimin mientras empujaba su cadera contra la erección de Jimin.
Jimin gimió contra los labios de su alfa, lo necesitaba, ahí y ahora pero necesitaba aún más ser marcado.
-A-Alfa.-graznó Jimin con la respiración entrecortada y los ojos cristalizados, ladeó su cabeza dándole libre acceso al pelinegro quien gruñó al instante.-Marcame, marcame por favor.
Jungkook no estaba en sus cinco sentidos en esos momentos así que, si Jimin quería ser marcado, él lo haría, o al menos estuvo a punto de hacerlo hasta que sintió que era golpeado por un chorro de agua.
-No pueden hacer eso.-exclamó Yoongi en la entrada de la bodega y con una manguera en las manos.-Chanyeol va a matarlos.
La excitación entre los dos había salido corriendo ante la interrupción y se dieron cuenta por fin de lo que estuvieron a punto de hacer.
-Namjoon te está buscando, Jungkook.-continuó hablando el omega.
Jungkook asintió un tanto perdido, volteó hacia Jimin y le dio un último y corto beso en los labios.
-Ve y cámbiate, falta poco para la fiesta.
Jimin asintió con un leve puchero y observó salir al pelinegro, dejando a ambos omegas solos.
-¿Qué haces aquí?-preguntó con seriedad Jimin.
Yoongi alzó una ceja ante la pregunta.
-¿Cómo que, qué hago aquí? Namjoon estaba...
-Sabías que estábamos teniendo un momento, soltamos feromonas.-se quejó Jimin.-Pudiste haber esperado o dicho que no lo encontraste.
-La verdad es que sólo olí a Jungkook.-admitió encogiéndose de hombros.
-¿Pensabas que estaba solo?-cuestionó con un repentino nudo en la garganta.
-Esperaba que estuviera solo.-aclaró.

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HERO
FanfictionPark Jimin llevaba prácticamente una vida encerrado en aquel burdel de mala muerte, siendo obligado a prostituirse para sobrevivir. Una subasta podría ser la única opción para salvarse y sólo esperaba que aquel pelinegro de facciones masculinas fuer...