Twenty nine

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Jungkook golpeó con fuerza el saco de boxeo que se encontraba colgado al centro de la pequeña habitación en el ala este del castillo.

Sus nudillos dolían, la gasa que le rodeaba se manchó de nuevo de sangre.

La luz de la luna ingresaba en todo su esplendor por las ventanas sin cortinas, lo que le permitía observar al pequeño cuerpo escondido bajo una sábana azul sobre el colchón a su izquierda.

Jungkook no había podido conciliar sueño desde hace tres días luego de la última visita de Siwon, Namjoon había partido un día después y todavía no regresaba y eso le tenía demasiado tenso.

Su omega tenía ciertos cambios de humor que lo mantenían en alerta, sabía que muy probablemente era por culpa de su lobo o el medicamento que empezaba a tomar, sea lo que sea, Jungkook no sabía qué hacer para ayudarle.

Otra vez era inútil para él, si tan solo se hubieran enterado antes todo lo que Jimin había estado viviendo, nunca dudó de los reyes cuando ellos le informaron que todo estaba con Jimin pero que pasaba la mayoría del tiempo fuera, si no dudó Chanyeol ¿Por qué lo iba a hacer él?

Ahora se arrepentía por completo, tal vez al instante no habrían podido hacer mucho puesto que eran niños, pero habrían pedido ayuda a otra manada, entonces ellos no estarían en esa situación.

Jungkook dio un último puñetazo y el saco terminó cayendo al suelo, era el segundo de la noche.

Trató de regular la respiración mientras que abría y cerraba los dedos, sus ojos observaron la colchoneta de nuevo y esta vez hubo movimiento hasta que vio a Jimin sentarse, logró visualizar el rostro cansado del omega y caminó hasta él, dejándose caer sobre sus rodillas en el material suave.

Jimin tomó sus manos al instante y sus labios temblaron.

-Hay sangre otra vez...

Jimin le quitó la venda y tras de él tomó un bote transparente con algodones bañados de alcohol y unas vendas.

Jungkook no podía mantenerse ni un minuto lejos de él porque el omega ya le habría encontrado para estar cerca, Siwon le dijo que esa situación era normal en un embarazo, aun así, tenía responsabilidades que atender y queriendo o no debía dejar por unos cuantos minutos a su omega.

Aunque él no se lo permitiera, así como lo hizo una vez, se mantenía alrededor de él sin "llegar a molestar" como él mismo lo había dicho.

-Listo, por favor, alfa, ya no te lastimes, por favor.-pidió Jimin una vez había terminado de vendarle.

Jungkook depositó un beso en la frente y Jimin extendió sus brazos, el pelinegro le abrazó al instante, siendo envuelto por la sabana de Jimin.

-Déjame llevarte a la cama.-murmuró Jungkook en voz baja.-Tengo que arreglar el desorden que hice pero...

-E-Entonces te esperaré aquí.-le interrumpió Jimin.-Has lo que tengas que hacer y luego vamos al nido.

Jungkook suspiró, no le discutiría así que solo volvió a dejar un beso esta vez en su mejilla y luego se levantó para ordenar.

La habitación no contaba con iluminación propia, de hecho, era una zona incompleta así Jungkook recogió todo como pudo y decidió que al día siguiente terminaría.

Cuando volvió con Jimin, éste le esperaba completamente envuelto, al estar frente a él, Jimin le alzó los brazos para que lo levantara.

-Ven, amor.-dijo levantándolo con cuidado, las piernas del omega rodearon la cintura del alfa al instante, al igual que los brazos.-Vamos a la cama.

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