Amor Adolescente (T2) || FNF SOFT MOD Soft BF x Soft Pico

𝕣𝕖𝕡𝕒𝕚𝕣𝕚𝕟𝕘

Pico aún se encontraba en su cuarto encerrado, sentado sobre el frio piso detrás de la puerta, abrazando sus piernas a modo de cubrir su rostro en ellas: lo último que quería era lastimar a Benjamin y eso había hecho hace unos instantes. Recordaba su rostro, el mismo con el que él lo vió: entre entristecido, temeroso y confundido «¿cómo podría decirle que no fue intencional? ¿Qué pasa si volvía a herirlo sin querer?». 

Cuanto odiaba sentir que... eso se podía apoderar de él en cualquier momento; junto a ese terrible miedo de no saber cómo controlarlo «¿Y si nunca más puede volver a tener una vida normal?». No quería huir y esconderse aislándose para siempre «¿Por qué no podía ser cómo antes?» : cuando todo era más fácil y no tenía que andar por la vida con el miedo a que otra tragedia como la que vivenció pudiese ocurrir otra vez.

Sí, tenía miedo: miedo a él mismo, de lo que sentía y lo que le estaba pasando, así como lo que podría hacer sin querer; pero sobretodo, miedo a ser rechazado por todos. «¿Qué pasa si se queda solo?... ¿Por qué sentía que ahora mismo lo estaba?» . Fácil, por él mismo, Detestaba tanto esta acumulación de pensamientos, comenzando a sentirse vulnerable y débil otra vez, a punto de sacar un cigarrillo para quitarse de una vez por todas esa ansiedad que tanto lo carcomía. 

Sin embargo, su plan se vió fallido, al recordar que no estaba solo en casa... 

—¿Pico? ¿Estás bien?... llevas mucho tiempo ahí... —. Nene, mostrando preocupación se acercó, sacando al pelirrojo de sus pensamientos, a pesar que él no quería hablar con nadie en este momento, mucho menos con ella.

—No entres, vete —espetó con fastidio, guardando la caja con los cigarros; pero era tarde, la pelinegra ya había abierto la puerta de su habitación.

—Estás llorando... ¿Qué pasa? —preguntó ella arrodillándose al lado de Pico y tomarlo de uno de sus hombros, demostrando apoyo al haber oído detrás de la puerta algunos sollozos de su parte, pero él seguía sin darle la cara.

—¡Nada, sal de mi cuarto! —exclamó haciéndose a un lado, soltándose del agarre de Nene y apartándose: dejando ver un rostro que plasmaba lástima y arrepentimiento, con una que otra lágrima que escapaba por las blancas cuencas del pecoso.—»Me arrepiento de haberles dejado quedarse en mi casa —.

—Sé que eso no es verdad; y también sé que necesitas ayuda, Pico..., puedes confiar en mí —insistió volviendo a acerarse en intentos nulos.—No, déjame solo —se negó él, limpiándose el rostro con el brazo haciendo lo posible por no verla a la cara.

—No has cambiado nada..., toda la vida has sido siempre terco y duro para mostrar tus sentimientos... —expresó la chica de piel pálida, el pelinaranja no dijo nada, y solo apoyó su rostro sobre sus brazos, con una mirada perdida.