Capitulo 10: El lobo se vuelve cursi
-Bien, salgamos ya de aquí.- se queja Amanda arrastrando a Tamara y Car del brazo hasta el interior del vehículo. Los demás tomaron rumbo a sus respectivos autos.
-¿Te vienes con nosotros o esperaras a tus hermanos?- me pregunta Tamara apoyada en la ventanilla del auto.
-Me iré con mis hermanos, nos vemos a la tarde.- me despido con un leve movimiento de la mano y retrocedo para alejarme y que Tamara no me arrolle.
Los tres vehículos abandonan el ya vacío estacionamiento y me quedo sólo en medio de este. A paso lento me acerco a un gran árbol que hay cerca de la puerta del insti y me refugio del sol con su sombra.
Apoyo la espalda en la dura corteza del árbol, me duele la espalda pero es la posición mas cómoda que puedo lograr en este lugar. Cierro los ojos dejando que mi cuerpo se relaje, agudizo el oído y detecto cerca de mi el caminar de aves e insectos.
También escucho las voces de los últimos alumnos y maestros en el interior del amplio edificio educacional. Abro los ojos al escuchar delicados pasos en la escalera de la entrada, así como el aroma de Scarlett.
Camina lentamente mientras carga un bolso en su hombro derecho y una gran cantidad de libros en sus delgados brazos. No me doy cuenta pero ya estoy de pie y caminando en su dirección, hipnotizado por su imagen y aroma.
Ella alza el rostro cuando llega al final de los escalones y su mirada se posa en mi. Solo con ver su rostro mi corazón se acelera, sonrío un poco y ella me responde con una sonrisa amplia.
Me detengo frente a ella y señalo sus libros, ella niega y sonríe otra vez. Intenta evadirme pero doy un paso al lado y de nuevo estoy frente a ella. Su mirada se oscurece o a mi me parece que lo hace, suspira y se queda ahí, quieta y con la vista fija en mi rostro.
Rápidamente saco mi móvil del bolsillo del jeans y tecleo en una página en blanco.
¿Te ayudo?
Ella lee y niega. Bufo por lo testaruda que es, borro y vuelvo a escribir.
Se ve pesado, ¿no quieres que te ayude?
Scarlett niega con un lento y rítmico movimiento de cabeza, acompañado del vaivén de su cabello en su espalda.
Borro nuevamente y uso mi ultimo recurso.
¿Te puedo acompañar?
Esta vez ella sonríe y asiente. Y yo me siento morir por la alegría que me da, creí que no deseaba mi compañía y por eso me decía que no.
Bajo su atenta mirada escribo una vez mas pero esta vez un mensaje para los gemelos y mi padre. Lo envío y guardo el móvil en el bolsillo.
Sin darle tiempo a reclamar, le quito los libros a Scarlett y comienzo a caminar en dirección a la salida. La oigo suspirar a mi espalda y en un par de zancadas esta caminando junto a mi.
La miro de reojo y dejo que se adelante un poco, para que sea ella quien guíe el camino. Lamentablemente no podemos tener una conversación, así que me estoy limitando a acompañarla y observarla.
Scarlett se detiene en un semáforo en rojo, freno junto a ella y el viento atrae su aroma hasta mi nariz. Auto control Tatsuya, auto control
La luz cambia a verde y retomamos nuestro silencioso caminar. Scarlett es hermosa, aunque su cuerpo es pequeño y delgado se mueve con soltura y total dominio de el, su caminar a mis ojos resulta sensual, atractivo y provocador.
ESTÁS LEYENDO
Aun si no me escuchas
WerewolfEl vínculo con tu pareja es más fuerte que cualquier problema o enfermedad, capaz de superar todas las barreras aún si esa barrera es el no poder oírse. Así es el caso de Tatsuya, que deberá superar el hecho de que su mate es humana y sorda, a esto...