36.- Llamada

578 38 22
                                    

Capitulo 36: Llamada

Eitan me sigue por los pasillos soltando suspiros cada vez que se cruza con algún conocido de Lance que lo miran enojados y decepcionados. Entiendo que Eitan se sienta mal, después de todo son las personas con las que creció pero ellos solo lo tomaban como un costal de carne viva en la que descargar su energía sin sufrir represalias. Estoy mas tranquilo desde que dejo la manada de L.D. y se vino con nosotros.

-Oh, Tatsu.- la mano de Eitan se cierra en mí muñeca enterrando un poco sus uñas, al parecer se dio cuenta que uso demasiada fuerza porque me suelta de inmediato.- lo siento, es que olvide algo importante.

-¿Algo importante?- El castaño asiente ávidamente y del bolsillo de su chaqueta saca un papel arrugado. Lo estira todo lo que puede antes de pasármelo, la letra desordenada de Tomohisa es algo más que reconocible para mí pero parece haberlo escrito demasiado apresurado ademas de haber intercambiado el español con el japones.- ¿no te dijo que escribió aquí?

-No, uhm...dijo que era la formula de saltar una palabra...que tu entenderías.- Eitan se encoje de hombros desganado, tengo que hacer algo para subirle el animo una vez descifre este mensaje. El timbre suena fuerte sobre nuestras cabezas y todos comienzan a moverse en dirección a sus salones, el castaño camina junto a mi en dirección a la salida.- ¿en verdad puedes entender que dice?

Le guiño un ojo generando que ria un poco, vuelvo a mirar el papel analizando cada palabra. Primero todo el texto junto, luego solo las palabras en español y por ultimo las palabras en japones. Odio a mi amigo. "es un método complicado pero si Eitan llega a extraviarlo estara seguro por un tiempo, como sea. Los vampiros van tras la sangre de lobo por una razón especifica. Según lo que lograron investigar en japón hay puntos en cada país en el que los vampiros estan siendo reunidos en contra de su voluntad. Los mantienen en total ayuno de sangre por al menos tres meses bajo el sol y con los ojos vendados. Frente a cada uno colocan un jarro con sangre de lobo y pasados los tres meses los vampiros que sobreviven solo desean probar la sangre que contenga el gen de los lobos. No se sabe quien esta detrás de esto pero se cree que hay lobos ayudándolos para conseguir la sangre, esto es peor de lo que podemos imaginar".

-¿Tatsu? ¿Estas bien? Tu rostro está pálido... - frunzo el ceño mirando en su dirección pero no lo veo en realidad, las palabras de Tomo siguen bailando frente a mis ojos. Niego, arrugo el pedazo de papel y lo meto en el bolsillo de la chaqueta.- vamos a sentarnos, Eliot aun no sale.- la mano izquierda de Eitan rodea mi cintura y la otra sujeta mi brazo firmemente evitando que me tambalee, a paso lento me guía hasta un banco cerca de la entrada del insti.

Me dejo caer en la banca de madera con el bolso sobre las piernas, suspiro con los ojos cerrados escuchando solo el latido de mi corazón golpeando mi pecho a un ritmo demasiado rápido para ser saludable. Siento a Eitan tomar asiento junto a mí, su aroma a mar aflora otra vez aunque con menos intensidad que en las ocasiones anteriores, debería dejar de preocuparle o terminaré odiando el mar.

-Es la información sobre los vampiros...todo es peor de lo que esperé...- la mano de Eitan se posa en mi espalda recorriendo mi columna de arriba a abajo, tiene un extraño efecto tranquilizador.- mientras sea nuestra sangre lo que desean estaremos en verdadero peligro, no podemos escondernos de ello...

La mano de Eitan se detiene a la altura de mi hombro, una fila de hormigas camina cerca de mi zapatilla y rodean un dulce rojo brillante a la luz del sol. Que fácil seria aplastarlas mientras estan distraídas con su trabajo de recolectar comida... ¿Recolectar? ¿Podría ser eso? La mano antes quieta sobre mi hombro palmea tres veces, levanto la cabeza al escuchar los pasos de Eliot por el camino de cemento que sirve de entrada al insti, son tan suaves y prácticamente silenciosos que reconocerlos es demasiado sencillo. Con un trote rápido se acerca a nosotros, el castaño se pone de pie manteniendo su mano sobre mi hombro y estrecha la del colorín con la que tiene libre.

Aun si no me escuchas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora