Capitulo 5: Su nombre es Scarlett
Jale las sabanas hasta cubrir mi cabeza, el ruido que proviene de la planta baja no me deja dormir.
-Tatsu, tu padre y yo saldremos a comprar, tus hermanos están en el taller haciendo algo...no te quedes todo el día en la cama, te amo- mi madre cerro la puerta luego de hablar. Seguí el sonido de sus pasos por la escalera, luego un sonido asqueroso como de ventosa resonó en mis oídos. Odio cuando mis padres se besan.
Perezosamente me bajo de la cama y me dirijo al baño. El espejo me muestra a un chico de cabello negro, liso, que cae sobre sus ojos de manera desordenada. Los ojos del chico en el cristal me analizan, sus ojos son negros como un pozo profundo. Los pómulos ligeramente alzados y labios delgados.
Sigo mirando al chico frente a mi, su cuello largo y delgado tiene tonificados músculos, al igual que los brazos y el pecho, que sube y baja debido a la tranquila respiración. Su piel es blanca, con un árbol de muchas ramas tatuado en el antebrazo derecho.
Es algo extraño, no puedo distinguir los rasgos de mamá o de papá, pero si los rasgos que comparto con mi forma animal. Son los mismos ojos, aunque su color cambia a un celeste brillante, mantiene la misma expresión entre sería y desinteresada. La misma mandíbula recta y alzada de manera orgullosa.
Hago que la tina comience a llenarse mientras me doy un rápido baño en la ducha, el vapor se pego en el vidrio empañando todo. No me agrada la sensación del vapor subiendo en el reducido espacio, me da calor y se vuelve insoportable.
De reojo, vigilo la bañera esperando pacientemente a que el agua llegue al borde. El ruido que me despertó se detuvo, siendo reemplazado por el sonido de una sierra.
-Esos dos...- bufo y termino de sacar el jabón de mi cuerpo. La tina se ve perfecta, el agua tibia recibe mi cuerpo y relaja cada uno de mis músculos. Me hundo hasta que mi espalda toca el fondo, doy una gran bocanada de aire antes de hundir la cabeza.
El techo del baño se ve deforme desde aquí, el agua refleja los rayos de sol que entran por la pequeña ventana y la luz que proyecta la lámpara desde el centro del cuarto. Siento a mis pulmones quemar por el esfuerzo que hacen, conteniendo el aire que poco a poco escapa de mi cuerpo en pequeñas burbujas que salen de mi nariz y boca.
Lentamente salgo de la tina y me envuelvo en una toalla gris que mi madre se encargo de bordar con mis iniciales, tomo otra mas pequeña para secar mi cabello. El chico del espejo me devuelve la mirada, y una sonrisa se forma en su rostro.
Tengo una linda sonrisa
Salgo del baño y me pongo a buscar ropa en los cajones, no soy la persona mas ordenada por lo que encontrar algo limpio y decente que ponerme es toda una misión diaria. Al fondo de un cajón encuentro una polera sin mangas azul, hace mucho que no me la coloco.
Dejo la polera en una silla y me dirijo al armario que esta frente a mi cama, abro sus puertas y paseo la mirada por las camisas y pantalones que cuelgan. Cojo una camisa negra con el estampado de la luna menguante en la espalda y un jeans negro que seguro me queda ajustado.
Con ayuda de las dos toallas seco mi cuerpo, desnudo, recorro la habitación para conseguir ropa interior. Tomo un bóxer de uno de los cajones y comienzo a vestirme. Prefería seguir metido en la cama, pero se que mamá se daría cuenta y los gemelos no me dejarían dormir mas con todo el ruido que hacen.
Subo las mangas de la camisa hasta los codos, con los botones abiertos para que se vea la polera azul. Me agacho junto a la cama para sacar mis zapatillas negras, puedo sentir el jeans apretarse en mis muslos.
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Aun si no me escuchas
Kurt AdamEl vínculo con tu pareja es más fuerte que cualquier problema o enfermedad, capaz de superar todas las barreras aún si esa barrera es el no poder oírse. Así es el caso de Tatsuya, que deberá superar el hecho de que su mate es humana y sorda, a esto...