Aun si no me escuchas

Los gemelos Hayashi

Capitulo Especial: Los gemelos Hayashi

-¿Estás seguro?- Kou se mueve por delante de mí a un ritmo lento y cuidadoso, si mamá llega a darse cuenta que vamos saliendo de casa a estas horas de la noche sin permiso no tendremos solo unos días de castigo, podrían incluso ser semanas.

-Ya te dije que sí, me asegure de colocar la traba en la puerta e hice la prueba unas tres veces.- Mi hermano se detiene frente a la habitación de nuestros padres. Puedo oír sus respiraciones tranquilas, está bien, ambos siguen dormidos. Toco suavemente el hombro de Kou para que siga avanzando.

Pisamos solo con la punta del pie, debemos vernos realmente graciosos andando así pero es la única forma que tenemos para que el suelo no rechine con nuestro peso. Llegamos a la escalera, nuestro peor obstáculo. Kou se monta de costado sobre el barandal provocando una sonrisa en mi rostro, deslizarse parece la mejor opción.

-Vamos.- Kou me llama desde el primer piso, en verdad es como verse a un espejo. Me deslizo imitando a mi gemelo que me recibe con un abrazo evitando así que golpe el suelo con tanta fuerza, me mira un momento intentando parecer serio. Pateo su pantorrilla derecha para que me suelte y continúe con nuestra misión de escape.

La casa luce tenebrosa toda oscura, aun más si pienso que mamá se puede despertar. Kou parece darse cuenta de mis pensamientos ya que un calosfrío lo recorre de pies a cabeza. Camino un poco más rápido para alcanzarlo junto a la puerta que en verdad está abierta, en su mano Kou sostiene una pequeña pelotita echa de silicona.

Cierro detrás de mí colocando la traba otra vez, necesitamos dejar abierto para poder regresar. Me volteo a mirar a mi gemelo, Kou estira sus brazos por sobre la cabeza y respira profundamente. Sin dirigirnos palabra emprendimos el camino en dirección al bosque, desde hace unos tres días que tengo la necesidad de cazar algo ahí el motivo de esta salida nocturna. Se lo comente a Kou ayer en la noche e inmediatamente planeo la manera de salir y saciar esa necesidad.

No sé qué haría sin mi otra mitad. Un viento frío pero débil se mueve por entre los árboles, creando una corriente que atrae los aromas del bosque en nuestra dirección, ambos inspiramos llenando nuestros pulmones.

-Ten.- Kou me lanza el bolso a medio rellenar de ropa, que rápido se desviste. Me deshago de mi ropa y la guardo en el bolso junto a la de Kou.- déjala sobre el árbol, no podemos levar la ropa con nosotros a cazar.

-Ya lo sé.- lanzo el bolso a una rama alta sobre la cabeza de Kou que sigue mi lanzamiento con la mirada.- en verdad somos un espejo ¿no?- me acerco a él para verlo mejor, aun que no lo necesito. La luna lo ilumina lo suficiente para mi desarrollada visión y puedo distinguir perfectamente el lunar que Kou tiene en la parte interna del muslo derecho, yo en cambio tengo un lunar en la parte interna del muslo izquierdo. Kou dirige su mirada hacia mí.

-Deja de mirarme ¿acaso te gusta ver tu cuerpo desnudo?- mi gemelo se carcajea aferrándose a su estomago, le doy un golpe en la cabeza para que guarde silencio antes de que espante a todos los animales del bosque.- aush, eso duele idiota.

-Lo sé.- me encojo de hombros para luego reír sutilmente, Kou me empuja aprovechando que dejo de mirarlo y me hace caer de espaldas en el frío suelo cubierto de hojas, le gruño para advertirle que no se acerque, pero que va, es Kou.

Se sienta sobre mis muslos y comienza a hacerme cosquillas, odio eso y él también ya que tenemos los mismos puntos sensibles y claro los conocemos todos es imposible que uno de los dos gane, a menos que haga trampa usando a otra persona.

Doy patadas intentando golpearle la cabeza con las rodillas, sus manos se mueven frenéticamente por mis costillas cortándome poco a poco la respiración. Kou ríe burlándose de mí, ejerce presión con sus piernas para que deje de patearlo pero se ha olvidado de mis manos. Lo agarro del cabello dando jalones de los mechones que crecen detrás de su oreja, otro lugar sensible.