Capítulo 24

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Diciembre llego más rápido de lo que esperaba, había dejado de trabajar con los Barnes de hace dos meses y es que la señora Daniela se sorprendió al saber mi noticia.

Me dieron un cheque con una cantidad lo bastante alta para comprar dos casas, y es que ese dinero lo usaría para poder ser independiente y poder ayudar a mi madre.
Conocí al hermano de Max. Joe y es que el tenía un café en una de las calles más transitadas de la ciudad, y era uno de los más visitados, tanto por turistas como de artistas.

No dude en aceptar el trabajo apenas el me lo ofreció y es que por más que tuviera dinero guardado, quería poder juntar más y ayudar en la casa.

Los primeros días fueron los más difíciles y es que no sabía cómo usar la máquina para hacer los cafés, y es que cuando supe que tenia que colocarlas ese dibujo en ellos, casi quería renunciar. Pero Joe tuvo la paciencia necesaria para poder ayudarme.

Y es que con solo veinticinco años ya tenía dos sucursales en la ciudad, y su popularidad aumentaba conforme los días pasaban.

Solo tenia en total tres empleados, el era el que se encargaba de básicamente todo. Y yo tenía que atender por mi cuenta el lugar, Joe en ocasiones llegaba para ayudarme  y otras veces solo desaparecía.

Era nochebuena y el café estaba casi vacío, según a palabras de Joe eran de esos días donde no tenían gente, que el día siguiente en navidad era cuando llegaban o por café, o por su famoso pastel de zanahoria.

Y es que cuando iba a cerrar para poder cenar con mi mamá y Max vi como Morgan bajaba de su auto para entrar al lugar, lo que intente rápido cerrar pero este ya se encontraba dentro de la cafetería.

–Hola Ophilia.-dijo mientras se quitaba su bufanda y la dejaba dentro de su casco.- Sabes que es de mala educación hechar a un cliente.

–¿Qué quieres Morgan?

–Vengo en son de paz Ophilia. Y por un café, ¿Es mucho pedir?

–¿El café simple?-le pregunté mientras volvía a colocarme el mandil.

–Por favor.

Comencé a prepararlo rápido para así poder llegar a tiempo con mi madre, la maquina parecía no cooperar con la causa y cuando termino. Deje su café listo sobre la barra.

–Son cinco dólares.

Veo como saca un billete de cien lo que casi me hace golpearlo con el maso del café.

–¿Me estas jodiendo Morgan?

–Puede que si Ophilia.

–Eres un idiota.-dije mientras le devolvía el billete.- No tengo el cambio suficiente asi que invita la casa.

–Pero si te lo estoy pagando.

–No se si eres idiota o aparentas ser, pero no tengo cambio. Así que vete mejor antes de que te lance el maso del café.

Mi paciencia estaba apunto de agotarse cuando el mismo billete que le había devuelto,este lo deja en el bote de mis propinas, lo que me dejó mas confundida de lo que ya estaba.

–¿Por que estas haciendo esto?-le pregunte mientras este bebía de su café.- Si es alguna clase de broma yo...

–No lo es. Quiero llevar la fiesta en paz Ophilia sin riñas ni nada.

Apague todas las máquinas ya que el lugar estaba limpio antes de que Morgan llegara, tome mi chamarra ya que mi gorro nunca lo había quitado después de la segunda quimioterapia.

Y es que mi cabello estaba comenzando a caerse muy rápido, y todavía no estaba lista para quitarlo por completo.
Cuando cerré el lugar Morgan me estaba esperando mientras abría su auto.

Hasta que pueda verte.© EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora