• Fue un orgullo quebrantado, una elegante mano que le cubrió los ojos a conveniencia, y otra amable que le guió hasta encontrar su camino de vuelta a casa.
✨ Zhongli x OC (Charlotte Ragvindr).
✨ Los personajes utilizados en este libro no me pertene...
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ᴄᴀɴᴅᴀᴅᴏs ϙᴜᴇ ᴘᴜᴇᴅᴇɴ ʀᴏᴍᴘᴇʀsᴇ
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Dos días después, Charlotte trabajaba como de costumbre en la funeraria, sin embargo, al poco tiempo de terminar su tarea con los libreros empolvados cómo por quien sabe tantas veces más en todo ese tiempo, se dio un momento de tranquilidad; tomó un libro al azar y comenzó a leerlo. Así, por más de diez minutos se mantuvo sentada en el suelo y con las piernas hacia arriba por casi sostener el libro, esto, alejada de la recepción para no molestar a los clientes.
—Tengo un trabajo importante para ti esta noche —informó la directora del lugar desde la recepción.
Apenas se sentaba, y ya dejaba de lado la lectura para ponerle toda su atención a la castaña, mas no se levantó de su lugar y agachó la mirada cuando le escuchó, cosa de la que Hu Tao no fue consciente, porque incluso, la mirada de la empleada se había tornado confusa y al mismo tiempo triste, ya que la verdad ahí era, que no le había escuchado como tal y esperaba tener otra pista para no ser atrapada.
—Últimamente, como ya sabes, estoy muy ocupada con clientes potenciales —siguió la otra—. Viene el Rito de la Linterna y los civiles desean recordar a sus familiares y amigos con ceremonias y todo lo que ya sabes, y esta semana no es la excepción...
Cómo le decía, Hu Tao había estado muy atareada con todos los servicios que ofrecía el negocio, inclusive, por esa tarde el asesor no estaba presente porque cumplía un encargo tras otro. Así mismo, el día anterior también era digno de recordar por la prosperidad de la funeraria, lo que ocasionó que Charlie tuviera otra víspera libre además de la ya sabida, pero aquello no fue todo, ya que por la tarde se había reunido con los demás, incluyendo a la directora que se hizo el tiempo, y así habían cumplido con su cometido de buscar ingredientes para la cocinera y al mismo tiempo disfrutar lo que sería, prácticamente, la última aventura que la extranjera disfrutaría en un buen tiempo a lado de ellos.
—¿Me estás escuchando, Charlotte? —cuestionó la joven cuando se acercó e inclinó el cuerpo hasta la altura de la distraída. Levantó también una de sus cejas, colocando un semblante disconforme.
