• Fue un orgullo quebrantado, una elegante mano que le cubrió los ojos a conveniencia, y otra amable que le guió hasta encontrar su camino de vuelta a casa.
✨ Zhongli x OC (Charlotte Ragvindr).
✨ Los personajes utilizados en este libro no me pertene...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ʟᴀ ʀᴇsᴏʟᴜᴄɪᴏ́ɴ ᴀ ᴛᴏᴅᴏs sᴜs ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀs
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Quizá, dejarlos a solas no había sido una buena idea, sin embargo, ni Hu Tao ni nadie sabía sobre lo que aquellos dos habían pasado, así que la culpa podría simplemente desaparecer.
Charlotte volvió a su trabajo y Zhongli se mantuvo en la recepción con un libro entre las manos, los dos sin decir una sola palabra, pero con los pensamientos casi unidos. Mientras ella pensaba en el motivo del asesor para no desear más su presencia por ahí, el mismo no pudo ignorar su apariencia enfermiza y estaba preocupado por ella, aunque no tenía el valor de cuestionar. Todo, con el peso de la última vez que se vieron, discutieron y por último se consolaron.
—Señorita Charlotte, escuché que Yan Fei se está haciendo cargo de su caso —rompió el hielo, mas lo rompío para mal.
—¿Escuchó? Pensé que usted la había enviado —respondió enseguida. Quebró su paciencia con solo una pregunta, así que posiblemente aquello no pudo llamarse de esa manera.
—Le di una recomendación, nada más —justificó el otro, sabiendo a la perfección qué sentía por el tono de su voz.
—Pues muchas gracias, de verdad. Gracias a eso, estoy a un solo paso de abandonar Liyue para siempre —recamarcó, arrepintiéndose poco después al acordarse de sus amigos.
—Me alegro, porque ese era su deseo —puntualizó el asesor, sin mucho que añadir después.
Ciertamente, aunque mucho se quejaba de su ayuda, tenía razón. Mas, cuando se trataba de él todo se volvía en su cabeza un gran nudo de contradicciones, impidiéndole pensar con raciocinio al momento de soltar sus ideas. Sí, había estado soñando con él, y también seguía sintiendo aquella fuerza extraña que colocaba sobre sus hombros solo con su presencia, pero no tenía respuesta alguna para calmar su ansia de curiosidad.
—Ah, ¿sabe qué? Está bien —se rindió por fin a todas las incógnitas.
Sin embargo, Charlie comprendía que solo era pasajero, que sin dudarlo de una u otra manera volvería a la misma situación y volvería a cuestionarse sobre el mayor, pero eso, podría dejarlo para otro día. Mientras tanto, se dijo tranquila: "no voy a preocuparme más por lo que piensa sobre mí, si quiere que me vaya o no; no significa nada para mí, pese a que lo estimo por todos sus consejos y ayuda con el dominio de la lanza, y quizá sea una buena idea devolverle a la Perforahielos para disolver malentendidos".