• Fue un orgullo quebrantado, una elegante mano que le cubrió los ojos a conveniencia, y otra amable que le guió hasta encontrar su camino de vuelta a casa.
✨ Zhongli x OC (Charlotte Ragvindr).
✨ Los personajes utilizados en este libro no me pertene...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ᴇʟ ᴅᴇʙᴇʀ ᴅᴇ ᴜɴ ᴄᴀʙᴀʟʟᴇʀᴏ
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tres días más, siete ventas y dos libreros completamente ordenados, era lo había logrado Charlie durante el tiempo que transcurrió a solas con el asesor de la funeraria, y mientras Hu Tao siguiese en su viaje de negocios, no le quedaba más que seguir con su ardua tarea, y quizá, así pudiese dejar la biblioteca como nueva antes de la siguiente celebración.
Aquella tarde, después del trabajo salió como había acostumbrado a buscar indicios de su inocencia, así que se puso sus prendas de aventurera y muy motivada volvió a las calles de Liyue, sin embargo, tal como los dias anteriores no tuvo suerte.
—Si tan solo Ninguang pudiese darme el permiso de salir de la ciudad... —lamentó al tomar un atajo de vuelta a casa, y debido a ello el pensamiento le abordó.
Según Xingqiu, aquel camino no convencional seguía formando parte de la cuidad, por lo que si quisiese ir en busca de pruebas por su limitado alcance, aquel sería un buen lugar para asomar la vista. Se encontraba entonces, cerca del puente de una de las salidas en dirección de la casa de Jade que apenas reconstruían, pero atravesando uno de los caminos contiguos y solitarios, cuando de pronto escuchó un grito que pedía auxilio.
—¡Ayuda, por favor... A-alguien! —Fue fuerte y claro.
Enseguida y actuando con experiencia buscó el lugar de donde venía aquella voz asustada para asistir de inmediato, mas, grande fue su molestia cuando se vio limitada por su condena a solos unos pasos.
—¡Tranquilo, te ayudaré, así que aguanta! —No le quedó más que contestar, aunque no tenía a la vista aquel incidente debido a una pared de rocas que cortaba la vereda.
Observó hacia todos lados encontrando a nadie, ni siquiera la Geoarmada se veía cerca en el peor momento. No deseaba romper las reglas, pues suponían una gran desventaja para ella, además, ¿no era que Keqing siempre le estaba siguiendo? Esa era su señal para aparecer, pero la joven del vestido lila no lo hizo, y Charlotte desesperó sabiendo que el tiempo transcurrido era algo que no debía dejar pasar.