【cuarenta】

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ʟᴀ ᴘʀᴇsᴀ ʏ ᴇʟ ᴄᴀᴢᴀᴅᴏʀ

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ʟᴀ ᴘʀᴇsᴀ ʏ ᴇʟ ᴄᴀᴢᴀᴅᴏʀ

         Liyue cayó mientras su Arconte estaba desaparecido, después de todo, ya estaba muerto para sus hijos

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         Liyue cayó mientras su Arconte estaba desaparecido, después de todo, ya estaba muerto para sus hijos.

          La ciudad sucumbió ante las arrasadoras hordas de monstruos, que, aunque al inicio no pudieron abrirse paso, fueron asistidos por magos del abismo y más criaturas pertenecientes a él. Xiangling, Xingqiu, Chongyun y de demás personajes, apenas alcanzaron a salir de los suburbios y establecieron una última linea de defensa en el puerto, pues salvar a los heridos era prioridad, dejando así, al Guardián Yaksha y otros adeptus tratando de salvar la paz que quedaba.

         Se volvió, indiscutiblemente, una pesadilla.

         —Charlie, vamos, abre los ojos, no es momento para dormir. —Alguien trataba de despertarla con insistencia, moviendo sus hombros con un poco de brusquedad para hacerla entrar en razón. No era la primera vez que lo intentaban, pero en esa ocasión dio el resultado esperado.

         Abrió sus orbes, pero los apretó al instante al sentir las gotas de lluvia caer sobre su rostro, y cuando por fin pudo mirar, encontró a un pelirrojo sosteniéndola, mirándola desde arriba por su posición y a un rubio que apenas se asomaba a observar desde el mismo ángulo.
Lo primero que hizo al tratar de levantarse, fue quejarse y tocarse el pecho, justo donde su corazón palpitaba; entonces, cuando notó que no la cubría más la capucha, se alejó con rapidez deshaciéndose del agarre del contrario. Nadie, había dicho Zhongli, podía verle en ese estado, mucho menos Tartaglia había concluido ella misma.

         —¿Q-que está sucediendo? —cuestionó tratando de ponerse de nuevo la capucha, pero estaba tan mojada que era imposible.

         —Estamos en la montaña, atrapados dentro del laberinto —respondió Aether, dejándose caer al suelo, cansado de tanto buscar la salida. Por lo menos, se dijo, ella estaba despierta.

         —Al principió estábamos separados, pero por suerte te encontré y luego a mi camarada. —Tartaglia, al contrario, se levantó y se alejó de ella para mirar hacia los lados. La niebla seguía siendo espesa y la lluvia no se detenía, lo que les dificultaba mucho poder avanzar.

𝓱𝓸𝔀 𝔂𝓸𝓾 𝓻𝓮𝓶𝓲𝓷𝓭 𝓶𝓮 ✨ | 𝐙𝐡𝐨𝐧𝐠𝐥𝐢 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora