【dieciséis】

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ᴠᴏʟᴜɴᴛᴀᴅ ʏ ᴘʀᴜᴅᴇɴᴄɪᴀ

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ᴠᴏʟᴜɴᴛᴀᴅ ʏ ᴘʀᴜᴅᴇɴᴄɪᴀ

          —Así que, ¿Perforahielos? —inquirió a la nada

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          —Así que, ¿Perforahielos? —inquirió a la nada.

          La lanza descansaba en la pared frente a su cama aquella mañana mientras Charlotte la observaba atentamente antes de partir al trabajo.
A sus ojos, el arma parecía un simple bastón bien cuidado, sin terminación ni de un lado para otro; trataba de encontrarle el principio y el fin, sin embargo, seguía sin entender junto con ello el motivo de tal regalo.

          —Su antiguo dueño debe estar llorando dónde sea que esté, maestro Zhongli, porque dudo mucho que este bastón me sea de ayuda —aceptó, dejando su lugar para ir hacia la puerta.

          Entonces se marchó, antes bien, la lanza desapareció en pequeñas partículas cuando cerró la puerta tras de sí, llevándola consigo incluso sabiendo que no podía darle uso por el momento.

          Se sentía mejor, con muchos ánimos y con ganas de ordenar aquellos libreros que aún faltaban en la funeraria, pues dejar una tarea a medias no era de sus cosas favoritas en ese mundo, así que corrió al inmueble tan temprano como siempre, tomó la escoba y esperó a la directora y al asesor tal como siempre hacia.

          —Buenos días, Charlie, veo que ya te sientes mejor —saludó la castaña, haciendo sonar las llaves al acercarse.

          —Buen día, me alegra que se encuentre mejor —continuó Zhongli, parpadeando lentamente para luego observarla.

          Debido a ello, la joven dejó la escoba de lado y saludó a los recién llegados, pero al mirar también al de orbes amarillos, sus mejillas inmediatamente se tiñieron en un rosa disimulado. Recordaba que no hacía muchas horas atrás habían estado a solas al pie de la pequeña montaña con Liyue a sus pies, entonces él le regaló la lanza e hizo contacto físico, uno que no esperó jamás venir, aunque sin duda le había echo perder la cabeza unas horas después de entenderlo.

          —Hoy voy a trabajar el doble, lo prometo, así recuperaré lo que perdí ayer. —Agachó la cabeza decidida no mucho después.

          Conforme Hu Tao respondía que deseaba ver aquello mientras reía, los tres entraban en la funeraria para comenzar con sus labores.

𝓱𝓸𝔀 𝔂𝓸𝓾 𝓻𝓮𝓶𝓲𝓷𝓭 𝓶𝓮 ✨ | 𝐙𝐡𝐨𝐧𝐠𝐥𝐢 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora