• Fue un orgullo quebrantado, una elegante mano que le cubrió los ojos a conveniencia, y otra amable que le guió hasta encontrar su camino de vuelta a casa.
✨ Zhongli x OC (Charlotte Ragvindr).
✨ Los personajes utilizados en este libro no me pertene...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ᴇʟ ᴋᴀʀᴍᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ᴅɪᴏs
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Como dije antes a su directora, estoy muy interesada en sus tradiciones. Desde joven escuché las proezas de Rex Lapis siendo mi madre originaria de Liyue, y después de escucharlos a los dos, no me cabe duda de que hice bien en venir —decía Marylin, haciendo saber que había disfrutado esa cena como ninguna otra—. Por supuesto que el negocio con su funeraria es algo hecho.
Con ello dicho, Charlotte y Zhongli daban su trabajo por hecho. Enorgullecerían a Hu Tao, quien les permitió convencer a semejante e importante cliente, sin embargo, la trabajadora general por el momento no tenía cabeza para pensar en el mérito.
—Estamos agradecidos por su tiempo. Cuando lo vea necesario, la directora la estará esperando en la funeraria —mencionó el de hebras castañas al ver que nadie diría nada más. Su voz fue agradecida, nada fuera de lo normal.
—Terminemos la cena, no hay que desperdiciar nada de esta estupenda cocina o me voy a arrepentir cuando esté de vuelta en Fontaine. —Tenía razón, después de todo entre pláticas se le fue el tiempo y ella aún no saciaba su apetito.
—Temo que por el momento tengo que retirarme —habló Charlie de repente. Colocó las manos sobre la mesa con pesadez y fue cuando los demás notaron que casi no había comido, no obstante, ciertamente solo la invitada caía en cuenta de eso hasta el momento, pero el otro lo fingió.
—Ah, ¿tienes algún pendiente más está noche? Con lo cómoda que estoy con tu presencia, Charlotte, me recuerdas mucho a mi señora, la Arconte Hydro, Focalors —dejó saber la otra, añadiendo confianza a su tono por mi mismo que decía.
—Es un honor. —Trató de sonreír la adulada, aunque ella no conocía a dicha Arconte—. Pero de verdad no me siento bien —confesó al fin.
Cómo a media cena su vista comenzó a desenfocarse y sus sentidos a perderse entre tantas palabras; no lo ocultó del todo porque no podía, pero al parecer la única desentendida ahí era Marylin. Sus amigos tenían razones para decirle que se cuidara de aquellos desmayos imprevistos, pero Charlotte nunca les contó toda la verdad pese a su preocupación, porque era quizá contradictorio, ya que no deseaba preocuparlos más. Antes de perder el piso siempre sentía una sensación de vértigo que le avisaba que algo estaba mal, aunque siempre la ignoraba, sin embargo, por ese momento no pudo hacerlo más.
