• Fue un orgullo quebrantado, una elegante mano que le cubrió los ojos a conveniencia, y otra amable que le guió hasta encontrar su camino de vuelta a casa.
✨ Zhongli x OC (Charlotte Ragvindr).
✨ Los personajes utilizados en este libro no me pertene...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ᴜɴ ᴄᴀsᴛɪɢᴏ ϙᴜᴇ ɴᴏ sᴇ ᴘᴜᴇᴅᴇ ʀᴇᴄɪʙɪʀ
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El día después de cada rito de la linterna era aterrador para los organizadores y cooperadores, puesto que la limpieza corría por su cuenta. No era un trabajo que se hiciese solo como por arte de magia, sin embargo, gran mayoría de ciudadanos responsables contribuían a su ciudad y ponían su granito de arena haciendo respirar con normalidad a los otros.
Era otro día, otro que sin duda no era igual. Charlotte se encontraba sentada frente a la mesa aquella mañana, acababa de terminar su desayuno, uno que el hombre de cabellos largos dejó especialmente para ella antes de marcharse a trabajar con todo el dolor de su corazón.
—No han pasado horas... Mi corazón late como un loco, mi mente está en otra parte... Yo... Extraño al señor Zhongli...
Lo cierto era que nunca pensó que pensamientos como aquellos invadieran su cabeza, pero una vez distraída comenzó a notar que su estado de ánimo se encontraba hecho un verdadero desastre. En primera, existía el gran problema en que los dos se habían metido: no había manera de explicar lo sucedido y su media forma de dragón, además, estaba siendo buscada por sus amigos, conocidos, y muy importante, hermanos.
Para variar, la situación era terrible por donde se le viera, además de extrañar al Arconte.
No obstante, además de todo aquello, una vez el asesor se alejó de la casa, Charlie comenzó a sentirse muy sola. Extrañamente añoraba su presencia como ningún otro día, llegando incluso a sentir un dolor el pecho al recordar cómo le había tratado la noche anterior y esa misma mañana.
—¿Qué me sucede? —se cuestionó levantándose y llevándose consigo la bata de seda que le cubría el cuerpo todavía.
Siendo el caso, no le quedaba más que intentar olvidar sus confusos sentimientos por la víspera y tratar de conseguir de nuevo su forma original como le había recomendado Zhongli que hiciera, pero, ¿cómo debía comenzar? ¿De verdad era posible? Con sinceridad creía que no, así que corrió a la habitación cuando, rendida, se dio la respuesta así misma; se echó a la cama y cubrió con cada manta, haciéndose lo más pequeña posible sobre el lecho.