• Fue un orgullo quebrantado, una elegante mano que le cubrió los ojos a conveniencia, y otra amable que le guió hasta encontrar su camino de vuelta a casa.
✨ Zhongli x OC (Charlotte Ragvindr).
✨ Los personajes utilizados en este libro no me pertene...
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sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴇxɪsᴛᴇ ʟᴀ ᴍᴀɴᴇʀᴀ
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La carta estaba lista para enviarse, Ninguang la conservaba entre sus objetos de valor, pues incluso para una mujer como ella era ventajoso tener que enviarla a su destinatario, Diluc Ragvindr, sin embargo, Charlotte salió aquel día de su oficina mencionando que debían esperar tan solo un poco más, puesto que Yan Fei habría encontrado una manera de darle solución a su caso, situación que no tardó más de una semana.
—La única manera en la que puedes quedar absuelta de toda culpa de este caso, es... —Caminaba de un lado hacia otro hablando, en ese pabellón solitario en dónde no muchos las escucharían, entonces lanzó un par de hojas con cuidado a la mesa, haciendo que su representada las tomara al instante—. Comprobar que has venido hasta Liyue por un trabajo que concierne la seguridad de los ciudadanos, pero, que al mismo tiempo no sea voluntariado.
Se mostraba de una manera formal en la información del papeleo, aunque a fin de cuentas era exactamente lo mismo que la de cabellos rosas explicaba, no obstante, cuando comprendió aquello bajó las cejas, y luego siguió leyendo.
—Pero, yo... —murmuró, recordando que aquello era imposible, ya que había cometido el error más grande de toda su historia.
—Lo sé, has venido por tu cuenta, y eso es realmente un problema para la única solución que nos queda, sin embargo, Charlotte, tienes suerte, alguna clase de divinidad en el bolsillo, tal vez —señaló, un tanto graciosa.
—¿A qué te refieres? Vine a Liyue sin ningún permiso, por mero capricho de venganza y nunca le dije a nadie que era parte de los Caballeros de Favonius para justificarme —agachó la cabeza, recordando la escena exacta en donde decidió que hacer las cosas por su cuenta era una buena idea.
—Pero no hay garantía de que eso sea cierto —guiñó—. Se que estás en contra de las falacias, pero en esta ocasión no tenemos que utilizarlas. Por fortuna para ti, debes tener registros que comprueben que atrapar a los bandidos era tu responsabilidad como caballera.