• Fue un orgullo quebrantado, una elegante mano que le cubrió los ojos a conveniencia, y otra amable que le guió hasta encontrar su camino de vuelta a casa.
✨ Zhongli x OC (Charlotte Ragvindr).
✨ Los personajes utilizados en este libro no me pertene...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ᴜɴ ᴀs ʙᴀᴊᴏ ʟᴀ ᴍᴀɴɢᴀ
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Despertó sobre un lecho cómodo y junto a su angel protector, y casi por un momento olvidó lo que había sucedido durante los días pasados.
Recapitulando, en ese mismo lugar mientras Guizhong seguía dormida: había ido a Liyue en busca de unos bandidos que lograron salirse con la suya al atormentar a la nación del viento, conocido a Tartaglia, su primer amor y el que le traicionó, y a Zhongli, la persona con la que extrañamente había generado un vínculo muy peligroso; en consecuencia, los dulces días que compartió a su lado dieron como resultado el quiebre de su armonía y Morax despertado para crear caos. Y, por algún extraño motivo, su misma silueta le había arrastrado dentro del conocido manantial y llevado hasta esa época, una en donde el asesor no era su asesor, ni Xiao su guardián, ni sus conocidos ellos mismos, con una encomienda de la que desconocía sus principios.
Estaba acabada, se dijo a sí misma.
Mirando a su alrededor, notó que la cómoda superficie se encontraba dentro de un quiosco trigonométrico, tal cual estuviese en medio de un campo, pero cubierto con una tela nítida para cubrir sus dulces sueños. Parecía un escenario de teatro, pero eran aquellos los aposentos de la joven adeptus.
—¿No dormiste bien? —cuestionó la misma, observando como Charlie se había sentado y agarrado la cabeza con fuerza.
—Todo lo contrario, hacia tiempo que no dormía tan bien —confesó al encontrarla despierta. Era raro haber dormido en la misma cama que ella, pero ninguna parecía incómoda.
Ciertamente, como decía, había pasado algún tiempo desde que tuvo una tranquila noche, puesto que desde un año atrás la entidad del manantial solo le ocasionó malos sueños, de los cuales no recordaba el setenta porciento. Estaba aliviada, pero no tanto al recordar que aquel individuo ahora estaba fuera de sus pesadillas, como una real, de carne y hueso.
—Lo siento, me quedé dormida ayer y no supe mas de mí. —Se refería a que, desde que cayó en el campo atardecido, fue ahí donde abrió los ojos, en ese lecho lo más parecido al de una princesa, lo cual pudo causar molestias a la joven.