CAPÍTULO 47

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—¿Estás mejor? —Eric se acuclilló junto a Heather, que acababa de despejarse de su pernoctación.

Ella asintió, frotándose los ojos. Eric le tendió una mano que rechazó y se puso en pie, apartando las mantas a un lado.

—Creo que deberías explicarnos la visión que tuviste ayer en medio del campo a las tantas de la noche —exclamó Julen desde el volante.

Eric le dedicó una mirada recriminatoria, y no se libró tampoco de la de Heather.

—No fue una visión, estúpido. —Se mantenía firmemente de pie a pesar del traqueteo de la furgoneta—. Fue real. Era un Renegado y había logrado escapar de las Fuerzas Naturales.

—Vale. —Julen soltó una risa incrédula—. En este momento estaréis todos de acuerdo conmigo en que está mal de la cabeza.

—No estoy loca. —La voz de Heather era amenazante.

—Nunca nadie ha logrado escapar de las Fuerzas Naturales, y menos un Renegado moribundo, Heather —comentó Aria desde el asiento del copiloto, de forma conciliadora.

—No me dijo exactamente que se hubiera escapado. —Se encogió de hombros, apoyándose contra la pared de la furgoneta—. Pudieron haberle abandonado allí.

—¿Qué sentido tiene eso? —preguntó Julen de pronto, haciendo una mueca—. ¿Para qué van a abandonar a un Renegado en medio de un campo? Es una prueba evidente de sus experimentos de tarados. Es como si un asesino matara y descuartizara a su víctima y fuese lanzando los trozos del cuerpo por el campo.

Aria se volvió bruscamente hacia él con una expresión de desagrado en el rostro.

—No hacía falta ser tan obsceno para poner un ejemplo.

Él puso los ojos en blanco, agitando una mano de forma desdeñosa.

—¿Y qué coño les importa que sea una prueba, imbécil? —dijo Heather volviéndose hacia su dirección, con los brazos cruzados sobre el pecho—. ¿Acaso va a arrestarlos la policía y llevarlos a juicio? Por si no te has dado cuenta, la humanidad ha estado a punto de extinguirse. Ellos son la puta policía, mejor dicho. La policía, los mandamases... como te dé la gana llamarlos.

Solo obtuvo de él una mirada furibunda a través del retrovisor interior. Y otra recriminatoria de Aria.

—Ese vocabulario, Heath.

—Si digo que él provenía de las Fuerzas Naturales es porque él mismo me lo dijo. —Heather se descruzó de brazos, haciendo aspavientos con las manos para enfatizar sus palabras—. Además, me dio un dato que parecía importante. . «Sección doce, pasillo tres». Eso solo puede ser un lugar dentro de ese laberinto de tarados.

—¿Sección doce, pasillo tres? —dijo Eric mirándola con el ceño fruncido.

Heather asintió con seguridad.

—Repitió unas cuantas veces la frase «que sean libres» —Entrecerró los ojos, intentando recordar—. Pero cuando le dije que ya sabíamos que experimentaban con Renegados para transformar humanos, se puso muy nervioso. Como si no fuera esa la información que quería darme. —Cogió el extremo de su coleta y comenzó a desenredar la punta con los dedos, con la mirada clavada en su oscura melena—. Además, dijo algo referido al fuego... «El fuego nos quema». O algo así... no recuerdo exactamente.

—A ver —intervino Eric levantando una ceja—, puede que la frase sobre ser libres sea una especie de... ¿código morse? ¿Una forma encriptada de pedir ayuda?

—Claro, como los mensajes de los chinos en las etiquetas de la ropa o cualquier otro bulo de esos que surcaban en internet. —Julen guardó silencio un largo instante antes de estallar y exclamar—: Por el amor de Dios... creía que estábamos hablando de algo serio.

Fuerza (Saga Renegados #1) [YA EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora