Se irguió y, poniendo la espalda muy recta, juntó sus talones colocando las puntas hacia afuera, en dehors. Realizó un plié siguiendo el ritmo de la música de fondo. Cambiando el peso de una pierna a otra, subió sobre sus punteras realizando un relevé, ejecutado de forma sucia. Con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho por el nerviosismo, se lanzó hacia delante para realizar varias pirouettes seguidas, pero trastabilló en la última y tropezó, cayendo al suelo con estrépito y profiriendo un quejido.
—Pensaba que no se podía ser mala en absolutamente todo —dijo una voz grave, totalmente conocida para ella y que provenía de lo alto de la escalera—. Que debías destacar al menos en algo. Pero veo que, en efecto... no es así.
—¿Padre? —preguntó la joven, poniéndose en pie para mirarlo.
El hombre se encontraba en lo alto de la escalera; su figura se recortaba a contraluz, debido a la claridad que entraba en el sótano donde practicaba sus lecciones de ballet.
—He visto tus últimas calificaciones en la escuela —siguió diciendo él de forma impasible—. Y, puesto que me cuestas más de lo que me beneficias, he decidido desapuntarte.
—¿De la escuela? —La joven contrajo su cara en una mueca de desconcierto.
No podía estar hablando en serio.
—Así es. —Su padre se cruzó de brazos con lentitud—. Imagino que limpiar y cocinar es una tarea tan sencilla que es imposible que hagas mal, así que de ahora en adelante te encargarás de las tareas domésticas. Al menos no me costarás más dinero. —Hizo ademán de abandonar el sótano, pero ella lo detuvo.
—Espera. —Dio unos torpes pasos en su dirección, levantando las manos hacia él—. He estado ocupada con las funciones de ballet y las representaciones del grupo de teatro, pero prometo que no volverá a pasar. No desatenderé más la escuela... no me saques de ella.
Parecía interesado de pronto. Se giró en su dirección con un brillo de curiosidad.
—¿El ballet y el teatro hacen que desatiendas tus obligaciones? —Volvió a cruzarse de brazos, el traje de negocios que llevaba puesto estaba perfectamente planchado—. Entonces deberé desapuntarte de ellas.
—¡No! —salió de sus labios antes de que pudiese darse cuenta de que lo había pronunciado.
—Es la escuela o lo demás, Heather —exigió con voz inflexible—. Tú decides. De todas formas, elijas lo que elijas... no vales para nada.
Cerró la puerta del sótano tras él al salir y ella dejó caer los brazos a lo largo de su cuerpo, derrotada. Apretó sus manos en dos puños, con rabia, hasta que notó el espesor caliente de la sangre en sus palmas. Las palabras de su padre se siguieron repitiendo una y otra vez mientras la imagen se alejaba y se desdibujaba.
«Elijas lo que elijas... no vales para nada».
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Fuerza (Saga Renegados #1) [YA EN FÍSICO]
FantasiUna explosión nuclear. El apocalipsis. El caos. La muerte... y la vuelta a la vida a un mundo devastado. Tras el estallido de la guerra, todo ha ido en declive hasta que ha sucedido lo inevitable: el apocalipsis. El desastre nuclear más masivo que...