Exigencias de Konoha

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(...) Casa Principal del Clan Nara

El joven con cabello recogido en una cola punteada contemplaba el firmamento con una profunda meditación, su pasatiempo favorito era bien conocido por todos sus allegados, ver las nubes, lo que pocos sabían o quizás ignoraban era el motivo por el cual realmente adoraba presenciarlas en su danza por los cielos, contorneándose con una gran majestuosidad, creando formas diversas y magnificas.

—Vaya... Clan, aldea, esposa, hijos, deber y honor... ¿Por qué no puedo simplemente ser una nube y olvidarme de todo eso? —Se preguntó así mismo el muchacho, dando un gran bostezo y estirando sus brazos.

Se encontraba en una pequeña torre de vigilancia dentro de los terrenos de su familia, en la parte más elevada de la misma sobre un mueble alargado de madera, era uno de sus pasatiempos favoritos y acostumbraba hacerlo siempre que pudiera, eso junto con el reciente juego asignado por su sensei eran las cosas que disfrutaba en demasía, todo era paz y tranquilidad, hasta que sintió unos pesados pasos aproximarse, aunque solo le prestó atención cuando la figura se puso delante de su cara.

—Sabía que estarías aquí Shikamaru —Conversó el muchacho de corpulencia regordeta, masticando tranquilamente unas papas fritas que sacaba de una bolsa.

—Llegas en buen momento Choji, parece que se están arremolinando, estaba apostando si iba a llover, pero creo que no —Comentó este levantándose brevemente, tronando un poco su cuello.

—Me encantaría hacerlo... —Se detuvo al escuchar un grito que provenía de la entrada —Pero Ino me mando a buscarte, ya es hora de inscribirnos en el examen —Declaró el muchacho con cierto pánico.

—Que fastidio —Espetó con un desdén tan vagabundo que haría sonar activo el ruido de un perezoso —Estoy harto de todo esto, pensé que al graduarme de genin tendría tiempo para prepararme para estas cosas, pero resulta que me tuvo que tocar nacer en uno de los clanes más exigentes de la aldea —Se puso de pie sin muchos ánimos, viendo de reojo a su amigo.

—Ve el lado positivo, no nacimos en el Hyuga —Carcajeó Akimichi, causando que su amigo se animara un poco.

—Buen punto —Aceptó siguiéndole lentamente por la escalera —Es solo que, es una pesadez tener que cargar con tantas obligaciones, sabes, me gustaría tener una vida de ninja normal, jubilarme normal, tener una esposa, seguramente dos hijos, un varón y una hembra, envejecer con tranquilidad, morir antes que mi esposa por supuesto y si la vida es justa... —Antes de que terminara de relatar su historia Choji lo interrumpió.

—Reencarnar como una nube, para no tener que hacer nada más que surcar el firmamento —Terminó sus palabras devorando un poco más de la bolsa de papas.

—Tu si me comprendes amigo —Carcajeó dándole una palmada en la espalda.

—He escuchado suficientes veces tus desvaríos, aunque será difícil lo de casarse sino te interesas por las mujeres —Dialogó este en tono de burla.

—Vamos, es que las chicas son un fastidio, lo que menos me gustaría es terminar en una relación toxica como la de mamá y papá —Sonrió llegando a la parte de abajo, donde sus padres le esperaban con un rostro ligeramente furico —Mierda... —Farfulló notando que su amigo lo veía con pánico.

—Gracias por venir a buscarlo Choji, Ino y tu pueden adelantarse, tengo que hablar algo con mi hijo —Expresó el caballero, con un estilo muy similar al de su retoño, pero con una barba descuidada.

—¡Nos vemos luego amigo! —Se despidió velozmente el muchacho, dándole gracias al cielo que se escapó de esa incómoda situación.

—Traidor... —Pensó el joven con un suspiro, viendo a sus familiares con fatiga —¿Me castigaran por decir la verdad? —Cuestionó con descaro, notando como una mano en forma de sombra salía de los pies de su padre y se elevaba a la altura de su cara, dándole una bofetada —¡Oigan! ¡Eso dolió! —Exclamó furioso.

Naruto El Camino del ShinobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora