Una Razón para Luchar

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(...) Casa de Tsunami / Por la mañana

Otro día daba inicio en el país de las olas, los shinobis estaban disfrutando de un tranquilo desayuno o así debería de haber sido, pero Naruto y Sasuke estaban en medio de una encarnizada lucha, devorando un plato tras otro para recuperar la energía perdida en los dos días de entrenamiento que llevaban. El nieto de Tazuna finalmente se habia decidido a compartir la mesa con ellos, aunque seguía receloso.

—¡Otro plato! —Musitaron Uzumaki y Uchiha al unisonó, chocando miradas competitivamente, para luego venirse en vomito, debido al atracón de comida.

—¿¡Qué sentido tiene que peleen por comer y luego vomiten!? —Cuestiono molesta Haruno.

—No puedo rendirme, ya estoy por llegar a la cima del árbol ¡Debo conseguirlo! —Aseguro el rubio, haciendo sentir incomodo al pequeño niño, quien recordaba a su difunto padre.

—Yo llegare primero, tonto —Expreso confiado el azabache.

—¿Cuánto cree que falte para terminar el puente? —Pregunto Kakashi al arquitecto, suspirando ante la actitud de sus estudiantes.

—Hoy toco descanso, pero a partir de mañana, un par de días máximo —Aseguro terminándose su café, viendo como su nieto se ponía de pie.

—¿Por qué lo hacen? —Cuestiono molesto Inari —¿¡Por qué demonios lo hacen!? —Discutió el pequeño mirando a los dos muchachos con enojo.

—Te lo voy a demostrar muchacho... Te demostrare que los héroes son reales —Afirmo determinado Uzumaki, causando que todos se sorprendieran de su madures al responder.

—¿Qué modales son esos? ¡Discúlpate ahora mismo con él! —Llamo su atención Tsunami.

—¡No! —Grito rebelde el chiquillo, corriendo de vuelta a su cuarto.

—Cielos... Lo siento mucho —Se disculpo la madre con vergüenza, siguiendo a su hijo por las escaleras.

—Has mejorado Naruto —Felicito Haruno con una grata sorpresa.

—Gracias... Es solo que puedo entenderlo, por eso quiero que terminemos con la misión —Alego el rubio con emoción —¿Podemos hablar un momento? —Pregunto con pena.

—Queríamos consultarte algo... —Musito el azabache con la mirada desviada.

—Claro... —Expreso Haruno, extrañada por la actitud de sus amigos.

—¿Qué hará hoy Tazuna-san? —Pregunto Hatake a su cliente.

—Solo iré a comprar algunas cosas al mercado para la cena ¿Por? —Respondió el señor.

—Bien, de eso puede ocuparse Sakura —Se alegro el jounin por tener un momento libre —Tengo que enviar un pájaro y ponerme en contacto con Konoha, debo reportar los avances de la misión —Explico con detalle al arquitecto.

—De acuerdo, estoy seguro de que con ella será suficiente... —Comento tembloroso —Aunque... Tengo un mal presentimiento Kakashi, siento que esta es solo la calma que antecede a la tormenta —Suspiro preocupado.

—Descuide, para eso es que se han estado preparando mis muchachos —Respondió feliz el instructor, viendo pasar a Naruto y Sasuke, por un lado —¿Ya se van?

—¡Volvemos a entrenar! ¡Avisen si algo pasa! —Se despidió escandaloso Uzumaki.

—Nos vemos sensei, hasta luego Tazuna-san —Dijo el Uchiha con seriedad.

—¡Gracias Sakura! —Gritaron al unisonó antes de cerrar la puerta.

—¡De nada chicos! —Respondió contenta Haruno, acercándose a la mesa y sentándose para terminar de comer.

Naruto El Camino del ShinobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora