Naruto El Camino del Shinobi

Los Dos Pergaminos

(...) Entrada de la Torre de Vigilancia / Amanecer

El joven de cabellos amarillos lentamente fue abriendo sus ojos, al mismo tiempo que veía claramente los rayos de sol expandirse a través de las densas copas de los árboles, abriéndose paso entre las hojas para llegar al suelo, se encontraba apoyado de una pared, cuando vio hacia arriba noto lo alta que esta era, finalmente habían llegado al lugar tan anhelado.

—Parece que por fin despiertas —Mencionó una voz particularmente tranquila.

—¡Kabuto-san! —Se levanto de golpe Uzumaki, notando que este estaba a su derecha, mientras Sasuke y Sakura susurraban unas cosas a la izquierda, aun no se acostumbraba a la repentina cercanía entre ambos.

—Tienes que agradecerle, te cargo hasta aquí y aplico un jutsu curativo contigo —Puntualizó el Uchiha al notar que su compañero ya estaba despierto.

—No fue nada del otro mundo —Declaró este con un tono despreocupado.

—En absoluto, estábamos en una situación jodida y nos ayudó muchísimo, gracias —Sonrió el rubio con naturalidad.

—Aunque es bastante curioso, las técnicas medicas son de las mas complicadas de manejar en el mundo ninja, que un genin las conozca es cuanto menos curioso —Denotó Haruno viéndole fijamente.

—Bueno, cuando llevas tantos años atrapado en un mismo rango te preocupas por aprender cosas que te ayuden a conseguir un ascenso —Comunicó rascándose la nuca, aunque su expresión empezaba a cambiar ligeramente.

Antes de que pudieran seguirlo interrogando los arbustos comenzaron a moverse, de ellos emergieron dos sombras, parecían gemelos, pues llevaban trajes morados muy similares a los de su colega, sin embargo, llevaban tapabocas largos, la única diferencia entre ambos es que uno llevaba lentes transparentes, mientras que el otro los llevaba oscuros, adicional a esto se cubrían el cabello con pañoletas.

—Así que aquí era donde estabas metido —Comentó uno de ellos.

—Tardaste mucho mas de lo que nos dijiste —Agregó el otro.

—Tuve algunos retrasos Yoroi, Misumi —Indicó acomodando sus anteojos y señalando de manera sutil al azabache, el cual se revisaba su cuello cada cierto tiempo.

—Ya veo, bueno eso no tiene importancia, el tiempo apremia, vámonos —Alegó uno de los varones, volteándose y caminando hacia otra puerta.

—Por supuesto, bueno chicos, ha sido un placer, espero verlos pronto en la siguiente prueba —Se dio la vuelta y los saludo con una sonrisa, acto que al propio Uchiha le dio escalofríos, pues recordó la manera implacable como mato a los shinobis de la aldea de la lluvia.

—¡Cuídate Kabuto-san! —Fue lo último que escucho el varón mientras se alejaba.

—¿Cómo le has visto? —Preguntó Yoroi con curiosidad.

—Es formidable, Orochimaru-sama no se ha equivocado, ese muchacho tiene el potencial de ser el cuerpo definitivo —Analizó el ninja con grandes expectativas.

—Es que el nunca se equivoca, ser capaz de soportar el sello maldito y recuperarse tan pronto, absolutamente impresionante —Aclaró Misumi con devoción.

Los hombres se colocaron frente a la puerta que se les había indicado y sin mayores impedimentos procedieron a abrirla, ya que esta se encontraba sellada con un código que solo ellos conocían, en una de las esquinas de la sala una figura los esperaba con cierta impaciencia, la misma llevaba el uniforme militar de color grisáceo de las fuerzas del sonido, un turbante con la bandana de su nación y largos mechones de su cabellera roja que caían por su frente.