Acuérdate de mí

Lost with you

No recuerdo haber tenido una noche de sueño tan maravillosa como esa noche. Martín se aseguró de llevarnos a la cama después de haber dormido. Él me vistió, dio besos por todo mi cuerpo y luego se acostó a mi lado. Él también me hizo cariños hasta que me quede dormida.

Con los ojos todavía cerrados, busco a Martín en la cama, no siento su brazo envolviéndome o su calor. Abro los ojos para confirmar que él ya no está aquí. Cierro los ojos y suspiro frustrada. Sería agradable despertar con él a mi lado, principalmente después de lo de ayer.

Ayer... Fue una mezcla de sentimientos, pero creo que lo que lo hizo perfecto en sí, fue él . Su cuidado, la ternura al estarme mirando y los besos que me dio, la forma en la que me hizo sentir, tan especial. Él mejora cualquier cosa. Es él , lo sé, siempre será él .

Oigo la puerta ser abierta y volteo un poco mi cuerpo, veo a Martín entrar a la habitación con una bandeja  en sus manos. Una enorme sonrisa aparece en mis labios, pero frunzo el ceño al verlo todo vestido.

- ¿Fuiste a algún lado?

Él empuja la puerta con su pie y levanta la cabeza al oír mi voz, Martín sonríe y camina hacia la cama. Me siento y recuesto en la cabecera de la cama.

-Fui a comprar una cosa. Dos en realidad. - Él dice y pone la bandeja sobre mis piernas. - Son para ti.

Coge un ramo flores de nubes que estaba en la esquina de la bandeja y me lo extiende, mi sonrisa regresa a mi rostro, más amplia que antes. Miro a Martín sonreír un poco tímido.

— Gracias Marto, son preciosas.

—Toma tu desayuno, me lavare las manos y regreso.

Sólo asiento, Martín se levanta de la cama y va hacia el baño. Dejo las flores a un lado y miro la bandeja. Todo parece delicioso. Bebo un poco de café caliente. Infusiónado con lavanda, delicioso, el es un experto haciendo este café , y tomo un pedazo de pan que está allí. Unos minutos después Martín sale del baño, ahora está sin pantalón y la chaqueta. Casi me asfixio con el pedazo de pan al ver sus piernas libres de cualquier ropa, él está vestido con una camisa negra , los primeros botones están abiertos.

Por Dios!! ¿Qué clase de brujería me atrae hacia él ?

- ¿Qué pasó?

Él pregunta con curiosidad al notar mi mirada en él . Balanceo la cabeza, mi rostro se calienta un poco

-Nada, no es nada.

Martín me mira desconfiado durante unos segundos, pero luego sonríe, se encoge de hombros  y continura acomodando las tarjetas en su tarjetero. Suspiro, observándolo discretamente, o no tan discretamente así. Él tiene una hermosa sonrisa en sus labios, me siento bien al verlo sonreír de esa manera otra vez después de esas semanas oscuras que pasaron. Es bueno tenerlo de vuelta poco a poco.

Mejor es saber que tengo una parte de culpa por su felicidad.

///
El almuerzo fue aún más emocionante que ayer. Martín parece cada vez mejor, incluso jugó con los niños. Tengo que decir, verlo jugando con nuestros sobrinos y nuestro hijo, fue increíble. Martín es genial con los niños, además de ser un Padre perfecto. No hace falta decir lo increíble que es como mi esposo, ¿verdad?

Después de todo, ¿Cuántas personas soportarían y aceptarían estar al lado de alguien que no recuerda amarla? Alguien que sólo sabía ser ruda y lo maltrataba. Alguien que lo lastimaba, y lo hacía sentir como si fuera nada. ¿Cuántas personas renunciarían a su propia felicidad por la felicidad de otra persona?
¿Cuántas personas te colocarían primero independientemente de todo?
¿Quién podría amarte hasta el punto de elegir sufrir un infierno a tu lado que vivir sin ti? Incluso si eres una idiota completa. Una mala esposa. Una esposa estúpida.