Cinema

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Movimientos, rápidos, bien dirigidos y sincronizados, como si él fuera un chef profesional. Martín está haciéndolo mejor de lo que esperaba. Lo bueno es que él aprende con facilidad y sabe hacerlo de la manera que le enseñe.

-Puedes cortar un poco más grueso, amor.
Martín simplemente asiente y vuelve a cortar las fresas. Vuelvo a apoyar la barbilla en su hombro y agarro su cuello, estoy casi colgando en su espalda, pero mi esposo no se queja así que probablemente no le estorbo. Es sábado y decidimos hacer un pastel de fresa. Martín insistió en encargarse de la preparación, pero quería hacerlo como yo lo hago.

-Toma. - Abro la boca para aceptar el pedazo de fresa que Martín me ofrece. Muerdo la punta de su dedo antes de que lo retire de mi boca y sonrío, masticando la fresa y casi suspiro por el maravilloso sabor. - Caníbal.

Termino de masticar la fresa y giro la cabeza para morder el cuello de Martín, él se ríe y balancea un poco el cuerpo, como si quisiera tirarme, pero me aferro más fuerte.

-Soy un caníbal, pero eso es toda culpa del caliente esposo que tengo. - Martín gira un poco la cabeza para mirarme por la esquina del ojo, y esboza una sonrisa como si dijera "no te creo" - Te amo... - Susurro y acerco mi boca a su oreja mientras desciendo mis manos a su abdomen . - Mi sexy chico.

-Traviesa. - Él susurra en medio de un suspiro . Capturo el lóbulo de su oreja entre mis dientes y succiono lentamente.

- ¿Ves? Eres irresistible.

-Sigue así y este pastel no estará listo pronto.

-Está bien. - Vuelvo a apoyar la barbilla en su hombro. - Me comportare.

Después de que Martín , David y yo prácticamente devoramos el pastel de fresa, que tengo que confesar, estaba delicioso, inclusive los besos que le dimos mientras nuestro hijo se duchaba. Los tres fuimos a su cuarto a jugar a los astronautas. ¿Por insistencia de Dav? No. Quien decidió jugar eso fue mi esposo, ese mismo, mi súper maduro esposo de treinta y un años.

Pero me gusta eso de él . Si Martín fuera una de esas  personas muy serias probablemente no seríamos tan compatibles. Debido a que, no soy la persona más madura en la tierra. Especialmente cuando me junto con mi hijo. Somos el trío perfecto.

Pero pronto vamos a ser un cuarteto.

¿La vida podría ser más bella que eso?

-Papá estás robando.

-No lo hago. ¡No sabes defender tu nave espacial!

Martín y David están discutiendo, porque de acuerdo con mi hijo él está robando, y de acuerdo con mi esposo nuestro hijo no sabe cómo defenderse. Estoy sin reacción al verlos pelear como si fueran hermanos, que ni siquiera podía reír. Pero la situación es muy divertida. Debido a que es muy raro ver un padre e hijo peleando por culpa de un juego.

-Ya no quiero jugar.

-Ni yo.

Martín rebate y cruza los brazos de la misma forma que David , los dos tienen mala cara y un enorme puchero en sus labios. Boquiabierta niego con la cabeza, sin creer que todo eso está pasando. ¡Por Dios! Parecen dos niños. Más bien, mi querido esposo consigue ser peor que nuestro hijo en la categoría de "berrinchudo".

- ¿Van a parar con eso o les tengo que dar un castigo? - Ni si quiera me escuchan, continúan intercambiando miradas de enojo. Tengo dos niños en casa. Estoy perdida. - ¡Martín y David Vargas!

-Hola, mami.

-Hola ____.

-Se supone que era un juego y ya consiguieron arruinarlo todo. - Los dos abren la boca para rebatir, pero sólo levanto la mano, mandándolos que se callen. -Ni una palabra, ya han hablado mucho está noche. - Dejo la nave espacial que estaba en mi mano y el muñeco de astronauta también. - Ustedes dos van a limpiar todo este lío, me voy a dormir, y si escucho un solo ruido de ustedes...

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