*Ed's P.O.V.*
Era difícil contener las ganas de decirle a Nina a dónde estábamos yendo, pero si quería mantener la sorpresa, debía callarme.
Abrí mi celular y entré a Twitter, para ver en qué andaba la gente. Vi por ahí que Taylor Swift, una cantante americana, había hablado sobre mí en algún programa de radio australiano, sobre cuánto le gustaba mi tema Lego House. Sonreí al leer lo que ella había dicho en la entrevista, y guardé la captura de pantalla para seguir leyendo después. Le pedí a Stu que averiguara si ella quería trabajar conmigo, pero por ahora no sabía nada. Sólo suposiciones.
- Asumo que no vas a decirme a dónde estamos yendo, ¿verdad?- me dijo Nina, luego de unos minutos tratando de descifrar el camino.
- Ni que me conocieras- sonreí.
- Como la palma de mi mano.
- Ey- dije notando un collar que llevaba puesto - ¿es nuevo?- pregunté.
- No, realmente. Es viejo, sólo que nunca me decidí a usarlo, es bonito, ¿no?
- Muy, ¿puedo tocarlo? - cuestioné.
- ¡Claro que sí! ¿Qué clase de pregunta es esa?
- Sí, bueno, es que ponerte una mano encima del cuello sin preguntarte es algo brusco, creo- espeté algo avergonzado, pero tomé el collar en mis manos con delicadeza y lo miré detenidamente.
Era excesivamente bello, tenía la clásica forma de un corazón, y tenía espacio en su interior para colocar una fotografía pequeña, el cual, a mi sorpresa, estaba vacío.
- ¿Por qué está vacío?- me animé a preguntar.
- Es que no encuentro una foto que quepa allí, es muy chico- explicó.
-¿De cuándo es?
- Me lo dio mi tía, cuando cumplí dieciséis años. Fue el mejor regalo que me dio alguna vez, ya que pertenecía a mi abuela paterna.
- Wow, de veras, es precioso- conté asombrado.
- Gracias- sonrió.
- ¿Conoces a Taylor Swift?- cambié de tema radicalmente.
- Sí, ¡su música es genial! ¿Por qué?
- Parece que le gusta mi música, lo más curioso es que nunca he oído nada de ella.
Incluso Mike se asombró de mi respuesta, lo cual noté cuando sus ojos se abrieron como platos.
- ¿¡No!?- exclamó asombrada, y este último la imitó en el gesto- ¡Dios mío! ¡Hay que solucionar esto! Stu,- lo llamó-¿puedes prender el bluetooth del auto y conectarlo a mi celular?- éste asintió y obedeció - Ed, este es mi tema favorito, no puedo creer que nunca hayas tenido la dicha de oír la hermosa voz de Tay- me reprochó, y Michael rió - escucha con atención, esta se llama Last Kiss.
Comenzó a sonar una lenta y triste melodía de piano acompañada de guitarra, con carácter melancólico, lo que denotaba claramente una canción triste y de desamor; es decir, de las favoritas de Nina. Igualmente, era verdaderamente emocionante. Contaba una historia sobre el amor de dos personas, los detalles más significativos de su relación, y de cómo ella nunca se esperó un último beso de parte de su pareja, literalmente, ya que ese era el nombre de la misma.
Cuando terminó, noté que la rubia derramaba algunas lágrimas, lo cual era de esperar. No dije nada, era mejor dejarla llorar por el motivo que fuere y no molestarla.