— ¡Nina! ¡Despierta ya, mocosa!— le gritó su madre, con tal de despertarla— ¡Es el gran día, Nina, hoy comienzas la gira!
Ella, con desconcierto en su rostro, dudó unos segundos; cansada, pero despavilada, respondió:
— Ya sé, pero— dijo mientras tomaba su celular y miraba la hora— son las 9 de la mañana, nosotros salimos a las 5 de la tarde, luego de su concierto, Ma.
— ¡Entonces levántate! ¡Tenemos mucho que empacar!— le ordenó casi con entusiasmo— ¿Necesitas que te ayude a empacar?
— No, gracias, puedo hacerlo yo sola.
— ¿Segura? No quiero desperdiciar mis últimas horas con mi única hija, a quien no veré por 5 meses— le contestó dramáticamente.
— Tranquila, Ma, sólo son 5 cortos meses, en un abrir y cerrar de ojos, me tendrás de vuelta en casa.
—Eso espero.
* * *
Llegada la hora de encontrarse con Ed y todo el equipo para la gira, Nina se despidió de su madre, tomó sus maletas, y se fue así como así, dejando atrás a su madre y mirando hacia el futuro de su carrera.
Bajó del bus, y fue al encuentro de Ed, que la estaba esperando en la puerta del hotel, junto al reducido equipo técnico de la gira.
—¡Nina!— exclamó el pelirrojo al verla llegar, con todas sus valijas y bolsos— ¡Tanto tiempo!
— Hola, Ed— sonrió tímidamente cuando lo vio- Hola, a todos.
— ¡Hola, Nina! ¡Ed nos ha contado mucho de ti!— dijo uno de los que trabajaban allí.
— Sí, ¡no podemos esperar a que te unas a nuestra gira!
— Yo tampoco— les respondió alegre.
— Bien, bien, gente, todos a sus lugares ¡en menos de 20 minutos partimos rumbo a Glasgow!
Todos fueron en busca de sus bolsos y los dejaron dentro del autobús de Ed. Habían como unas 15 personas colaborando, entre ellos, vestuaristas, agentes, secretarios, iluminadores, sonidistas, de todo; no eran tantos, pero era lo suficiente. Nina, aún impresionada, preguntó:
— ¿Habrá lugar para mí en ese bus?
— Sí, Nina, no te preocupes, ya que nosotros, Scot, mi agente, y sus secretarias viajamos en un bus apartado, más cómodo y rápido.
— Oh, ya entiendo, ¿es ese de allá?— respondió señalando al bus pequeño que se encontraba a unos metros.
— Exacto, ¿Vamos?
— Bien.
Llevaron sus maletas, subieron y al cabo de 10 minutos partieron hacia Glasgow. El viaje era de aproximadamente 3 horas, así que se pusieron cómodos y esperaron.
Ed le mostró a Nina todo el colectivo, que no era muy grande, pero que para 5 personas era más que suficiente. Al entrar, se podían notar como 5 filas de asientos-cama que se reclinaban y cumplían una perfecta función de cama, mesas, heladeras miniatura y televisores LED. Ningún lujo había sido excluido, según el punto de vista de Nina, quien no recibía muchos lujos en su vida cotidiana.
— Wow— exclamó sorprendida gratamente— este bus es genial, debe de ser muy cómodo viajar aquí.
— Créeme que pasados los dos meses de viaje, ya estarás exhausta— le advirtió Ed.