— Emma tiene novia. — Canturreó Tomás durante la cena.
— Cállate tonto. —Denise como buena defensora saltó a auxiliar a su hermana.
Pero para la madre de Emma no fue tan divertido, ella y Denise eran quienes más se habían inmiscuido en "la situación" quienes habían visto a Emma sufrir, como ni siquiera podía expresarlo.
— No es mi novia. — Aclaró Emma ignorando la situación. — Solo somos mates.
— Eso es exactamente lo mismo. — Reclamaron los dos hermanos menores al unísono.
— No creo. —Comentó sin darle mayor importancia.
— ¿Y tú la conoces Denise? ¿Es buena? —Preguntó su madre.
— La conozco muy poco, hasta hace unos días a penas sabía de su existencia.
— Emma ¿No crees que es muy rápido? Primero deberías conocerla.
— Ya la conozco. — Respondió con simpleza pues no entendía las palabras de su madre ¿Cómo no conocería a una persona con la que estuvo hablando ese mismo día?
Su madre entendió inmediatamente lo que su hija pensaba pero no se detuvo a intentar explicárselo, no tenía caso, no porque su hija no fuera a comprenderlo, en realidad solo no querían tener una discusión o sesgar de alguna manera aquella relación entre un par de mates. Sabían que tendían que dejarla crecer, era un hecho que ya no se trataba de una niña pequeña pero... demonios, ¿Por qué no solo podían tener a su pequeña entre sus brazos todo el tiempo? ¿Por qué la gente tenía que crecer? Sus pensamientos parecían corromperse, no, ella debía salvar a su hija de que resultara lastimada.
— ¿Podríamos por un momento dejar de hablar de Emma? — Esa clase de conversación no era nueva, Ana era propensa a desesperarse del constante cuchicheo sobre su hermana. — Cualquier cosa menos eso.
Y con aquellas palabras Emma entendió, o al menos llegó a pensar que era su momento de callar y terminarse su cena.
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La alfa no entendía muchas cosas y era consciente de ello, por lo regular solía ignorarlas pero en el fondo le molestaban, a su manera pero lo hacían, no entendía por ejemplo, por qué su hermana menor la odiaba tanto, que sí, que no era tonta, que sabía muy bien que Ana solía rechazarla y dejarla fuera de las conversaciones a propósito, ella no lo notaba pero su madre hablaban muy fuerte por teléfono y con sus sentidos tan agudos no había sido ningún problema enterarse.
— ¿Puedo entrar? — Denise sabía lo mal que podía hacerle sentir a su hermana que Ana la rechazara de esa manera.
Emma no escuchó, se sentía saturada en ese momento, lo suficiente como para ponerse un par de tapones en los oídos y jugar con un par de esferas de metal que siempre tenía con ella, eso la calmaba. Aislarse en su mundo y girara esa esfera en su mano porque era un movimiento suave, la relajaba y que le regalaba una campanita dulce que sonaban al girar aquellos juguetes que le dejaban una sonrisa en el rostro, la había comprado en un mercado chino, no le interesaba el nombre, ni siquiera lo sabía, solo le encantaba tenerla en la mano, pero que se salía del tema, no importaba, lo importante era que ahora tenía a su hermana frente a ella que si no se concentraba podía desvariar por horas en los temas que a ella le interesaran.
— ¿Qué pasa?
— ¿Te sientes mal? —Preguntó pues sabía que su hermana solo usaba los tapones de los oídos cuando se sentía sobrepasada. — ¿Qué pasó? Pensé que estabas enamorada y feliz.
Emma se quitó los tapones de los oídos para poder conversar, preferiría no tener que hacerlos pero quería a Denise y aceptaba cambiar por ella.
— No sé qué hacer para que Ana me quiera y eso me tiene cansada.
— Tonta, te quiere, solo es una adolescente y quiere sentirse diferente, quiere ser el centro de atención ¿Y cómo no quererlo? Es alfa y tú y yo sabemos que será más fuerte que nosotras.
— Pero es mi hermanita.
— Bueno, sí, somos hermanos.
— Pero es difícil vivir conmigo. —Interrumpió. — Lo sé, mucha atención solo para mí, la defectuosa pero... — No puedo terminar, Denise la interrumpió mucho antes
— No repitas eso, no se te ocurra Emma, esas no son tus palabras, son las de Linda y me niego a escucharte diciéndolas.
— No son de Linda, son mías.
— ¿Entonces me podrías decir por qué eres defectuosa?
Emma se quedó pensando un momento ¿Qué su hermana no podía notarlo? Quizá tendría que explicárselo. Ella no podía ser una persona normal, era verdad que solo le causaba problemas a la gente.
Su atención se dirigió entonces a sus manos y volvió a juguetear con las esferas, quería decir que todo lo que pensaba era mentira pero con solo mirar las paredes de su habitación podía darse cuenta de que no era cierto, todas llenas de dibujos de sus novelas favoritas, solo de eso, su gusto abrumador por la ciencia y su nula habilidad social, quizá no era para tanto ¿Y si solo estaba exagerando sus problemas? ¿Y si se decidía a cambiar? Idiota, como si no lo hubiera intentado desde que tenía 12 años.
— Mejor no me respondas eso. —Completó su hermana pues sabía que si dejaba a Emma hablar respondería algo que la haría enojar.
— ¿Me puedes dejar sola?
— Claro, perdón.
En verdad le gustaría saber cómo ayudar a su hermana.
Sin dejarle tiempo para seguir pensando sobre lo defectuosa que podía ser su teléfono vibró, y si, llamó su atención lo suficiente como para mirarlo pero no para tomarlo pues seguía más interesada en juguetear con la esfera de metal, claro, eso hasta que vio el nombre de Cristina brillando en la pantalla anunciando un mensaje.
"¿Mañana te gustaría salir conmigo? Tengo muchas ganas de verte"
¿Y cómo no tenerlas? Eran un par de mates deseándose locamente desde la primera vez que se vieron, era normal tener la necesidad de pasar tiempo con la otra, aún más mientras se estuvieran conociendo y, muchísimo más ahora que el celo de la omega estaba tan cerca.
La alfa se emocionó de verdad, movió sus pies un poco y una sonrisa tonta marcó su rostro el resto de la noche porque si, sin duda era afortunada al tener a la omega más bonita de toda la universidad con ella.
Tenía que contárselo a alguien, ya, en ese momento, cada cosa que sucedía en su vida se la tenía que contar así que tomó su chaqueta y aunque a su familia no le gustara que saliera sola así lo hizo porque tenía una misión
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Solo contigo. (Omegaverse GL)
RomanceLa vida te puede cambiar, darte un giro de 360°, en especial cuando una peculiar joven de cabello rizado se queda grabada en tu mente porque sabes que es especial, tan especial que estás dispuesta a pasar por todos esos cambios con una sonrisa, disp...