— Mierda, parece que vas a morir ¿Pasaste tanto tiempo estudiando?
— Para nada. — Respondió Denise que en verdad estaba hecha un zombie. — Ayer, mierda, ¡Ayer Emma se encontró a Linda!
Alexa se detuvo un momento a pensar, ella no conocía desde hacía tanto tiempo a las hermanas pero sabía que ese nombre lo había escuchado muchas veces, tantas que de la nada vino a su mente esa horrible historia que le habían contado.
— ¿Linda? ¿La estúpida que molestaba a Emma?
— Se la topó de frente, carajo, la hubieras visto, pensé que, pensé que Emma no lo soportaría.
— ¿Cómo está ella? ¿Puedo ir a verla?
— Tranquila, decidió que no vendría hoy, quería descansar un poco, mañana podrás hablar con ella. — Alexa era una amiga de verdad, la preocupación por Emma era tan real, tan natural, la conmovía pero primero debía darle el especio a su hermana. — Todo salió mal, me encontré con gente que no quería, Emma se encontró con gente que no quería. — Repitió haciendo énfasis en eso una vez más. — Tuvo un ataque y yo terminé regañada por mi madre por llevar a Cristina a casa y dejar que se encerrara con Emma toda la noche.
— Creo que tú también debiste quedarte a descansar hoy.
— ¡Pero no podía! —Reclamó. — Tengo a ese estúpido profesor de bioquímica, ya sabes, el mismo que tú, si falto a sus clases seguro repruebo.
Alexa entendía, sabía la frustración que podía representar todo aquello y pese a no ser muy afecta del contacto físico abrazó a Denise para que se tranquilizara un poco.
— Solo procura dormir bien hoy ¿Quieres?
El olor de una tercera alfa llamó la atención de ambas que no tardaron en levantar la cabeza como si nada pasara, su orgullo no les permitiría verse débiles.
— Hola. — La voz de Aranza solo logró molestar a Denise, que no iba a permitir que esa traición a su hermana pasara desapercibida.
— ¿Qué quieres? — Aranza pidió auxilio con la mirada a Alexa, ambas solo se miraron sin saber bien que decir, sonrieron incómodas y regresaron con Denise.
— ¿Podemos hablar un segundo? Necesito aclarar un par de cosas.
— ¿El llevar a esa idiota con mi hermana? Vamos, cuéntamelo de una vez, dime cuál es tu maravillosa excusa.
Disimuladamente Alexa dio pasos cortos, tantos como sus piernas le permitirán para salir de ahí corriendo, no quería estar involucrada en la pelea, no era lo suyo, solo intervendría si las cosas llegaban a los golpes pero, como conocía a ambas sabía que eso era poco probable.
— Sabes que no fue así, al igual que Cristina yo no sabía nada, Linda era nuestra amiga.
— Ser amiga de una persona así me dice mucho de ti. — Bufó. —No quiero acercarme a alguien como tú.
— Déjame hablar, idiota.
— ¿Cómo me llamaste? — Denise cambió de inmediato, se preparó para atacar, a ella no la iban a llegar a insultar y se irían con las manos limpias. Aranza la tomó por las solapas de su bata y la jaló con mucha fuerza, Denise ni siquiera lo vio venir cuando la otra estampó sus labios sobre los suyos.
— Idiota. — Murmuró después de ese muy inesperado beso. — ¿Ahora ya podemos hablar?
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— Ana, ven aquí. — La alfa miró a su madre, no quería ir porque desde su habitación tenía el lugar más privilegiado de todos pues, si se quedaba en silencio, y utilizando muy bien sus sentidos podía escuchar que sucedía en la habitación de Emma. — Que vengas aquí. — Reclamó la mujer.
A regañadientes caminó hasta su madre, esa omega la sacaba de quicio, como cualquier padre saca de quicio a un hijo adolescente en resumen.
— ¿Qué quieres? — Perla ignoró por un momento la forma en la que su hija le contestó, ya arreglaría cuentas con ella después.
— Ve a despertar a tu hermana, si te encuentras a Cristina y a ella haciendo algo extraño, ya sabes...
— ¿Teniendo sexo? —Soltó la alfa que eso más bien le daba igual.
— No digas esas cosas. —Reclamó dándole un buen manotazo a su hija. —Pero si, si las encuentras haciendo, eso, me llamas inmediatamente.
— Dile a Tomás que lo haga. — Estaba a punto de regresar a su habitación cuando su madre la tomó por el brazo.
— Escúchame bien jovencita, no me vas a contestar así, si te digo que hagas algo es porque quiero que lo hagas tú, no tu hermano, además, tú eres la única que no fue a la escuela hoy, dijiste que estabas enferma pero yo te veo en perfectas condiciones así que irás sin volver a poner un pero.
Ana rodó los ojos, no quería interrumpir a su hermana, sabía que no habían hecho nada de lo que su mamá especulaba, había estado atenta toda la noche para saber si Emma lloraba. Aun así acató, fue a la habitación de su hermana, abrió con cuidado la puerta solo para encontrarse a Cristina dormida sobre el pecho de Emma, por su parte su hermana abrazaba con fuerza a la omega, parecía que no quería que se le escapara. Ana sacó la cabeza de la habitación de su hermana para buscar a su madre, la mujer ya esperaba atenta a que su hija le confirmara sus sospechas para entrar gritando y hacerles un escándalo porque eso estaba mal pero Ana solo sonrió.
— Solo están dormidas. — La alfa entró a la habitación de su hermana con pasos de gato para no hacer ruido, se paseó por el librero de la habitación y desacomodó algunos libros para que cuando su hermana despertara se enojara con ella. — Anden, arriba ustedes dos, es de mañana.
Emma despertó asustada, normalmente su alarma era la encargada de levantarla y no una hermana ruidosa. Lo primero que hizo, aun estando medio inconsciente fue cubrir el cuerpo de Cristina con su brazo, debía protegerla por si acaso. La omega ni siquiera movió un dedo, al parecer tenía el sueño profundo, debía ser por eso que Julieta siempre tenía que acarrearla para que llegara a tiempo a sus clases.
— ¿Qué quieres?
— Mamá me dijo que las despertara. —Emma observó su cuarto como si no supiera donde estaba, analizó cada detalle, cada libro, lápiz, cada mota de polvo, se tomó su tiempo en entender todo porque tener a Cristina dormida a su lado parecía tan irreal que era imposible que eso no fuera un sueño.
— No quiero levantarme. —La alfa tomó la cobija con su mano derecha para poder cubrir el cuerpo de Cristina, quería que la omega descansara un poco más y, a decir verdad, ella también quería seguir durmiendo.
— Emma ¿Te das cuenta de que Cristina te llevó a Linda, verdad? Que ella te trajo una pesadilla en vida, ¡Ella es la pesadilla en vida! Justo lo que toda esta tonta familia siempre quiso evitar.
— Cristina no es una pesadilla, nunca había dormido mejor. — Ana se asqueó por el nivel de azúcar que había en el aire, su hermana estaba perdidamente enamorada y ahora decía esa clase de cosas melosas que le parecían ridículas. —Además, eso fue un accidente, Cristina no sabía.
Probablemente Ana estaba un poco paranoica porno dormir pero, al escuchar las palabras de su hermana se dio cuenta de queella no se había equivocado, al parecer Cristina si era una buena personaporque era imposible que Emma estuviera mintiéndole.
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Solo contigo. (Omegaverse GL)
عاطفيةLa vida te puede cambiar, darte un giro de 360°, en especial cuando una peculiar joven de cabello rizado se queda grabada en tu mente porque sabes que es especial, tan especial que estás dispuesta a pasar por todos esos cambios con una sonrisa, disp...