El sábado Cristina estaba lista desde temprano, no sabía que esperar a decir verdad porque tampoco era como que Emma fuera una mujer muy comunicativa pero estaba dispuesta a lo que fuera porque sabía que si quería estar con esa alfa le costaría.
"Llegaré temprano para verte antes" Escribió la alfa lo que movió cada célula de su cuerpo.
La omega estaba muy emocionada, sabía que no debía esperar mucho pero estar con Emma provocaba eso.
"Claro, iré a desayunar con amigos y luego estaré contigo"
Tenía muchas cosas que contarle a sus amigos, demasiadas, un desayuno no sería suficiente pero por lo menos si un buen inicio.
Aranza fue la primera en llegar, en realidad, ella estaba ahí sentada esperando antes que la propia Cristina se dignara a aparecerse, no por nada la puntualidad de los alfas era una característica muy representativa. Luego llegó Omar con una sonrisa renovada, como si hubiera tenido la mejor noche de su vida y por último Julieta que, pese a vivir con Cristina ni siquiera la escuchó salir de la casa por la mañana.
— En verdad eres otra. — Se burló Aranza. — Tú tan enamorada es incluso una broma.
— Es que tener un mate es tan. —Solo pudo expresar su emoción apretando los puños y sonriendo con los ojos cerrados. —Me gustaría poder pasar más tiempo con ella.
— Vuela todas las mañanas para poder verla antes de entrar a clases. — Confesó Julieta. — Creo que nada la hará cambiar de opinión.
— Oye, no se juega de esta manera con los mates, no se cambia de opinión ni se rechazan, tampoco se trata mal a quien quieres sin importar si es un mate o no en realidad.
— No sabía de tu faceta romántica. — El omega sonrió. —Es que en verdad, lo esperaba de cualquier otra persona pero tú, precisamente tú que no puedes vivir sin salir de fiesta.
— Las fiestas no son sinónimos de nada, me gusta bailar.
— Y llegar tan ebria que tenga que cargarte a tu cama, eso también parece gustarte.
— Fue solo una vez, supéralo.
La alfa veía la situación con toda la calma que tres omegas peleando podían darle, y si, en definitiva se comportaba como un estereotipo andante al perderse entre muchas palabras olvidando más de la mitad de lo que habían dicho, siempre pensó que sería lindo poder decir un poco más pero en verdad, incluso su cabeza comenzaba a punzar si intentaba seguir la conversación.
— ¿Creen que Emma quiera salir con nosotros alguna vez? — Por fin preguntó sacando al trio de amigos de su agitada conversación. — Conocer a más gente sería lindo y creo que sería aún mejor que ella nos conozca, así se sentiría más cerca de ti.
— En realidad yo pienso que la asustarían. — Confesó.
— ¿¡Pero que hacemos nosotros!? — La voz chillona y con un par de decibeles subidos de la media de Omar era la respuesta en sí. Para Cristina, en ese momento su máxima prioridad era no molestar ni hacer sentir incómoda a Emma como para llevarla con ella sabiendo lo escandaloso que era su amigo y lo poco que respetaban el espacio personal.
— ¿Y conocerme solo a mí? — Volvió a preguntar Aranza. —Es solo que quiero saber quien es ella, sabes que soy una persona tranquila y callada, lo tengo todo.
— Te estás comportando como una celosa. — Se burló Julieta. — Que alfa tan valiente que se preocupa por nosotros los débiles omegas. — Su actuación digna de la peor obra escolar de todas, trajo de vuelta las risas a la conversación distrayendo y sobre todo tranquilizando por un buen rato a Cristina quien en verdad lo necesitaba, si seguía pensando tan compulsivamente en la alfa seguro se volvía loca en menos de un mes.
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— La próxima vez invitaré a esa tonta, hace mucho tiempo no la vemos. — Y así terminaba su pequeña reunión, con Julieta levantándose de la mesa para anunciarle a todos que no podían quedarse "5 minutos más"
— Desde su graduación en la preparatoria. —Omar también tenía otros planes, saldría con su novia y pasaría toda la tarde con ella por lo que no quería llegar tarde. — Cuando vino a vernos.
— ¿Quieres que te lleve Cris? Así no tendrás que tomar un taxi. — Preguntó Aranza.
— La fiesta está un poco retirada, no creo que sea la mejor idea.
— No tengo nada que hacer y al menos así estaré segura de que no te pase nada en el camino.
— Instintos de alfa. — Se burlaron los otros dos omegas.
— Si, si, instintos de alfa ¿Tan malo es que quiera asegurarme de que estén bien?
— Si es lo que quieres, puedes llevarme. — No podría contra la voluntad de su amiga, además, que la llevaran le ahorraba un poco de dinero.
Y con eso dicho cada quien a su destino.
La familia de Aranza era adinerada, padres arquitectos de gran renombre, la alfa odiaba que pensaran en ella solo como una bolsa de dinero andante, también estaba el punto de su sexualidad, ese combo la había hecho ser muy retraída y por supuesto el centro de las burlas de muchos compañeros que no podían creer que una alfa le pudiera gustar otro alfa y además fuera una persona poco agresiva y tranquila. Quizá por eso quería conocer a Emma, sabía lo que era ser diferente y como te traban por serlo, el sentirte solo y que nadie te puede entender, que nadie siquiera lo intenta.
— Estás más pensativa de lo normal.
— Solo estoy cansada. — La alfa intentó esquiar la conversación.
— No puedes mentirme ¿En qué piensas?
— Cuando éramos pequeños. — Admitió porque bien sabía no podía luchar contra su amiga. — Son los únicos amigos de verdad que tengo.
— Que cursi. — Cristina agitó el cabello de su amiga como cuando eran niños. — Yo también te quiero.
— Lo sé, pero, es solo que a ustedes, a ti nunca te importó quienes eran mis papás, tampoco quien me gustaba, solo estuvieron ahí y me apoyaron.
— ¿Por qué no lo haría?
— Yo que sé, mucha gente no lo haría.
Cristina razonó esas palabras un momento, tenía razón, mucha gente no acepta lo diferente ¿La aceptarían a ella por intentar salir con Emma?
— Gente estúpida.
— No le digas a nadie que te dije esto, por favor.
— Sabes que jamás diré ninguno de tus secretos, ni uno solo.
El auto se detuvo frente a un gran jardín con muchos árboles que cubrían a todos del sol y en el fondo, lejos de la calle se escondían mesas de madera y muchas personas. Eso más bien parecía una reunión familiar.
— Es aquí.
— Gracias por traerme Aranza. — La alfa asintió y se fue sin decir una palabra más.
Sin saber porque, sintió que las cosas no saldrían bien.
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Solo contigo. (Omegaverse GL)
रोमांसLa vida te puede cambiar, darte un giro de 360°, en especial cuando una peculiar joven de cabello rizado se queda grabada en tu mente porque sabes que es especial, tan especial que estás dispuesta a pasar por todos esos cambios con una sonrisa, disp...