Tenemos planes.

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— ¿Debo contarle lo que sucedió? — Cuestionó Cristina.

— Solo dilo, dudo mucho que Emma se aleje de ti, solamente no seas grosera, además, si su hermana te lo preguntó con esas palabras supongo que sabe, o al menos intuye lo que pudo haber sucedido.

— Que tienes razón. — Dijo muy decidida. — No puedo dejar esto así.

— En realidad la quieres.

— Es que Emma es diferente, no pienso dejar eso, sería imposible.

— Me encanta este lado de ti, eres tan especial cuando estás con ella.  — Y es que desde que la conocía Julieta nunca la había visto tan feliz.

— Oh, también hablaré con ella, quiero invitarla a un café, le presentaré a Aranza.

— ¿Y a mí no? —Omar echó su cuerpo en el respaldo de la silla y se lamentó falsamente, como si en realidad le hubiera dolido.  

— Ya se los dije, primero a la más tranquila, después ustedes la conocerán.

— Lo sé, no pasa nada, la molestaré después.

— Basta, ni lo pienses. — Esa mirada amenazante a Julieta la hizo callar.

— Que no haré nada tonta.

— Me das miedo. — Bromeó. — Hasta pareciera que en realidad tuviera amigos acosadores.

— No exageres tonta, sabes que no soy así. — Rió mientras Cristina solo se burlaba. — Como sea, mañana por favor no llegues tarde a clase, tenemos que hacer el estúpido proyecto, nada de desviarte a la facultad de química.

— Que no voy a hacer nada de eso.

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— Me da miedo hacer esto.

— Denise, no tienes nada que perder, no está mal.

— No es tan fácil Tomás, mamá es un poco especial y después de lo que pasó hoy.

— Nada de eso tiene que ver contigo tonta, tú decides si quieres hacerlo.

Ambos hermanos estaban tirados en la cama de la mayor, con teléfono en mano, pensando si debía instalar esa aplicación o no.

— ¿Y si me encuentro con algún imbécil?

— Escúchame, quieres conocer a un alfa, no quieres conocerlo de antes pero juras que necesitas experimentar.

— ¡Lo sé! Pero da miedo, pensé que si salía con esa beta se irían esos pensamientos pero.

— ¿Nunca te gustó? Era una chica agradable-

— Y me gustaba, me gustaba mucho pero cuando le conté que los alfas me parecían atractivos me dejó, por eso quiero estar con alguien que no tenga ningún amigo en común. — Denise se lamentó por eso, las cosas no debían de ser así. — Lo haré, dame tiempo.

— Bien, haz lo que se te dé la gana.

Emma pasó por la puerta de la habitación, no le interesaba demasiado entrar, tenía cosas que hacer pero ver a dos de sus hermanos tirados en la oscuridad y solo susurrando le pareció interesante.

— ¿Están bien?

— Si, si, ya sabes, Denise aún no se decide con esa aplicación.

— Si no lo quieres hacer no tienes por qué seguir intentándolo.

— Quiero hacerlo. — Reclamó ya subiendo un poco más la voz. — Pero da miedo.

— A mí me dio miedo ir con Cristina y eso no fue un impedimento para hablar con ella.

Tomás se rió muy alegre, se daba cuenta de que en verdad su hermana estaba cambiando, no se veía tan triste y ahora reía un poco más, también era cierto que desde que conoció a Cristina no tenía ninguna crisis como las que solía tener cuando estaba deprimida y alguien entraba a su habitación para hablar con ella. Le hizo un espacio en la cama para que se recostara con ellos, quería un momento tranquilo y sobre todo normal.

— Descárgala ya, si no lo haces me iré. —Reclamó Emma antes de acomodarse en la cama. — O lo haré yo.

El teléfono de Emma y Denise vibraron en ese momento adelantándose a cualquier movimiento de cualquiera de las dos. Un mensaje para cada una de la misma persona. El mensaje de Denise era la confirmación de que su madre había sido una completa idiota en cambio el de Emma era un mensaje lindo lleno de corazoncitos preguntándole si le molestaría conocer a una de sus amigas dentro de unos cuatro o cinco días, era solo una salida a un café pero eso tan simple definitiva eso volvía loca a la alfa, Cristina la estaba volviendo parte de su vida.

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— Puedo ir en autobús. —Repitió Emma. —Solo me iré con mis audífonos puestos y estaré bien.

— Audífonos y mochila y tu juguete para no sobre-estimularte, además quiero hablar un momento con Cristina.

— Ya basta Denise, no quiero que la molestes. — Amenazó como la alfa que era, no importaba que fuera su hermana ni lo mucho que la quisiera, su mate estaba y siempre estaría primero. —Tú y mamá la molestan.

— A mí me cae bien Cristina, yo no la molesto, tampoco mamá.

— No soy estúpida, sé que mamá no es muy amable muchas veces, dice cosas hirientes y siempre actúa frente a mí, estoy cansada de eso.

— Emma, ella cree que eres una niña, te trata como su hija.

— No, sabes que eso no es verdad, no le habla de la misma manera a Tomás o a Ana y ellos son menores, por favor no solo intentes mentirme igual que ella lo hace, que no entienda el doble sentido o que me cueste interactuar no significa que sea estúpida.

— Lo siento. — Sabía que tenía razón, la gente, incluyéndose, solía tratarla como una niña pequeña, sabía que estaba mal pero algunas veces ni siquiera se daba cuenta cuando lo hacía. — Sé que te molesta pero algunas veces solo lo olvido.

Emma se molestó, no quería estar con su hermana, prefirió simplemente tomar sus cosas y salir por su cuenta, no es como si esa fuera la primera vez que tomaba el autobús.

Solo contigo. (Omegaverse GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora