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                                                                CITA PERFECTA.

                                                                        Kayden.

Kayla se queda paralizada, sin saber qué decir cuando ve todo lo que he liado en esta terraza para que todo sea perfecto. Tan perfecto como lo es ella. Porque ella se merece todo eso e incluso muchísimo más.

Me acerco a ella y me encuentro susurrandole suavemente al oído.

-Si esto te ha impresionado entonces cuando pueda llevarte a una cita de verdad tu pequeña cabeza explotará.

-Kayden...está ya es una cita de verdad, de hecho...es mi cita perfecta.

Sin más discusión nos sentamos los dos en la mesa que he preparado con velas y flores amarillas esparcidas alrededor de la mesa más los platos con todos los cubiertos y la comida ya esparcida, quedando ella enfrente mía.

Y cabe decir que ese vestido que se ha puesto me deja sin palabras...

Está realmente preciosa, hermosa, divina...

Creo que nunca tendré palabras suficientes para describirla como se merece pero aún así hago un sutil intento.

-Estás...increíble.

-Tú tampoco te quedas atrás- Dice algo nerviosa pero a su vez su mirada brilla con algo más...con algo parecido a la felicidad puesto que tiene ese brillo en los ojos que solo nos sale cuando estamos con alguien que realmente nos hace felices.

Me encanta que tenga ese brillo pero lo que más me gusta es saber que yo soy la razón.

-¿Y así pretendes terminar de enamorarme, pequeño ángel?

-Depende.

-¿De qué?

-De si está funcionando o no.

-Conmigo siempre va a funcionar, por si no lo sabías, pequeño ángel, llevo enamorado de tí desde la primera vez que te ví.

-¿Desde la primera consulta?- Pregunta con un deje de inseguridad en su voz, como si aún no terminase de creérselo.

Y joder tiene que creérselo.

Porque ella es la primera chica por la que estoy empezando a sentir cosas tan fuertes, emociones que nunca había logrado sentir por nadie y es una cosa que me altera y me emociona a su vez.

Y aunque no tengo ni puta idea de cómo acabará todo esto. De cómo acabaremos nosotros. De algo estoy seguro y es que ella es mi jodida brújula porque sé que siempre que me pierda puedo volver a casa. A ella. Y aunque sé que todavía es muy pronto para manifestarlo puesto que pueden pasar un montón de cosas y decisiones por encima nuestra, es el amor de mi vida.

Kayla Detricks es el amor de mi vida, joder.

-No, desde que te salve la vida en aquella azotea...

-Espera...¿Fuiste tú la persona que me salvó?

-Sí.

-¿Y... por qué nunca me comentaste nada?

-Sinceramente porque me bastaba con poder ayudarte y no quería ponerte más incómoda d...

Pero antes siquiera de que me dé tiempo a terminar la frase ella se levanta y se sienta en mi regazo rodeandome los hombros con sus brazos en un fuerte abrazo y bajó la mirada de la luna llena me dice al oído.

-Yo llevo enamorada de tí desde que te vi en el consultorio y me fue imposible no caer rendida a tus pies en el momento justo en que nuestros ojos se conectaron, porque fue esa clase de conexión que solo se tiene con una persona una vez en la vida.

Sin poder aguantar la emoción ni un minuto más. Elevé su mentón hasta que su mirada se cruzó con la mía y envolví sus dulces y sabrosos labios sobre los míos en un beso que es de todo menos tierno.

Estoy apunto de gruñir cuando veo que ella se separa de mí boca y no entiendo el motivo hasta que esté se coloca enfrente de nosotros haciendo movimientos con las manos para captar del todo mi atención y solo hay una persona en el mundo que pese a sus 26 años de edad siga haciéndolo y esta persona es Alex. Mi mejor amigo.

Por lo tanto, apartó a Kayla de mi regazo con cariño y depositando un beso corto en sus labios para ahora ir casi corriendo hasta este rubio teñido a revolverle el pelo y abrazarnos con la misma intensidad mutuamente.

Kayla parece algo perdida y confusa con la escena cuando nuestra mirada vuelve a cruzarse y Alex también me dedica una mirada extraña.

Hora de las presentaciones, querido Kayden.

Almas Rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora