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                                                              EL HOSPITAL GENERAL.

                                                                            Kayden.

Mi trabajo la verdad es que no esta nada mal...

Trabajo en el hospital general ejerciendo de Psicólogo.

El hospital general de estética es bastante divertido puesto que no tiene las típicas paredes blancas, sosas, sino que cada sección tiene un color diferente.

Mi sección sin ir mucho más lejos algunas paredes están pintadas de rojo y otras de amarillo.

Los pacientes se suelen sorprender mucho al ver estas cosas puesto que no están acostumbrados.

Sin embargo no se gana una mierda trabajando aquí o en cualquier otro hospital general...

Aunque a mi me encanta lo que estoy haciendo. Mi lema es.

"Si no puedo ayudarme a mí mismo, qué menos que intentar ayudar a los demás".

Estoy acabando con el hilo de mis pensamientos y entrando a mi despacho.

Ya estoy dentro cuando veo algo que me pilla desprevenido...

Es la paciente con la cual tengo cita ahora.

A día 11 de octubre del 2021.

6 en punto de la tarde.

Cita con la paciente Kayla Detricks.

-Perdona. A lo mejor me he adelantado un poquito. Pero Criss ha insistido en que te espere dentro- Dice una deslumbrante mujer de pelo pelinegro largo.

Ojos color avellana.

Labios rosados.

Lleva tatuados los dedos de las dos manos con el latido del corazón.

De cuerpo es un poco delgada.

Me estoy quedando paralizado al verla...

Estoy sintiendo algo verdaderamente extraño en mí...

Como...Como...

Como si la conociese de antes.

De toda una vida.

Decido salir de este estado de embelesamiento sentándome en mi sitio de siempre. Es decir la silla que está enfrente del sillón reclinable donde por cierto está tumbada ella.

-No te preocupes. Todos sabemos que Criss es así.

-Más yo que la conozco desde que éramos unas ratillas.

Me río un poco. Debo reconocer que me ha hecho gracia el comentario.

-Bueno Kayla. Para empezar la sesión. Me gustaría que respondieras a está pregunta. ¿Qué te ha pasado para acabar tomando la decisión de ir a terapia?

-Ya veo que eres todo un profesional eh, te sabes el nombre de tus pacientes y todo. Bueno agradable psicólogo te voy a contar hoy una de las razones por las que decidido o mejor dicho ha decidido esa que se hace llamar mejor amiga ir a terapia. El motivo principal es que después de 14 años de un accidente catastrófico aún no puedo superarlo. De hecho me encuentro peor que antes. Más perdida de lo que he estado nunca y con una cosa que es totalmente nueva para mí.
Recuerdos nuevos.
Vengo aquí especialmente por los recuerdos nuevos porque en realidad nunca superas la muerte de tus padres y de nadie en general simplemente aprendes a vivir con ello aunque a mí se me está haciendo muy pesado.

-Intentaré con está terapia que ya no se te haga tan pesado. Vamos a tratar primero el quid de la cuestión. ¿Te acuerdas de algo de lo que pasó el día del accidente catastrófico?

-De algo me acuerdo. Pero no es la gran cosa...

-No te voy a meter prisa. Cuando te sientas preparada para contármelo. Hazlo. Porque siempre tenemos que hacer las cosas cuando nos sintamos preparados, no antes.

Pero para mi sorpresa empezó a contarme todo de lo que ella se acordaba. Y aunque para ser un incendio era poco por lo menos tenemos algo con lo que empezar a trabajar. Aunque hoy prefiero tocar más el tema del incendio y lo que pasó después de él.

-¿Entonces no te acuerdas de nada de lo que pasó en ese transcurso en el cual estuviste inconsciente?

-Realmente no, agradable psicólogo- Dice mirándome con una pequeña sonrisa en la cara que no le llegan a los ojos.

-¿Cuándo los viste tirados en el suelo que sentiste?

-¿Q-Qué sentí?

-Sí. Ya sabes que es lo primero que te dijo el corazón que hicieras al verlos así.
Tan apagados.

-La verdad es que sentí un desagradable nudo en el estómago y en la garganta. Por lo tanto mi primer impulso fue ir y abrazarles. De hecho lo hice con todas mis fuerzas y cuando no me devolvieron el abrazo empecé a entender que algo no estaba bien. Pero justo ahí caí tendida en el suelo...

-Y perdiste el conocimiento- Término por ella.

-Así es.

Ella está empezando a llorar.

¡Mierda! No me gusta que mis pacientes lloren.

Aunque es algo muy normal. Así que la dejo que se desahogue tranquila.

-Llora todo lo que quieras. Cuando tienes algo tan fuerte metido en el pecho necesitas sacarlo con todas tus fuerzas, aunque eso siempre supone que duela más. Así que para finalizar está sesión y no irnos tan tristes, cuéntame algo feliz que hayas vivido con tus padres.

-De verdad, ¿Te interesa que te cuente algo así?

Siempre me va a interesar.

-Por supuesto.

Y mentira no es. La verdad es que el caso de está chica me está dando bastante curiosidad...

Por no decir que me sigue sonando un montón de algún lado.

-Me acuerdo de cuando por mi cumpleaños de 5 años papá se disfrazó de mamá y mamá de él. La verdad es que fue muy divertido verles imitandose. La cosa terminó en mamá, papá dándose besos y abrazándose y yo dando saltitos de alegría.

No puedo evitar una carcajada sonora. Sinceramente es lo más gracioso y divertido que me ha contado nunca nadie en una sesión.

-Kayla aquí finaliza nuestra sesión de hoy. La de hoy ha sido más una prueba. Espero que quieras seguir viniendo. Si es así avisa a Criss que te pase mi número y fijamos fecha y hora.

-Perfecto. Ha sido un placer conocerte agradable psicólogo.

-Lo mismo digo Kayla.

Ella está dándose la vuelta y justo...

Justo lo recuerdo...

Es la chica a la que salve de suicidarse.

Almas Rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora