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                                                                               PASADO.

                                                                              Kayden.


Sevilla...

Es precioso.

Siempre ha tenido un toque que lo ha hecho mágico.

Me encuentro paseando por sus preciosas calles rumbo a un bar de mi antiguo barrio en donde he quedado con Leo. Recordando una parte de mi pasado. Mi infancia.

Recordando como iba caminando por estas alegres calles al lado de mis padres...

Recordando como siempre que Criss y yo estábamos mal íbamos a por un helado...

Recordando todos esos te quiero que nunca nos dijimos entre nosotros...

Recordando que mis padres se fueron sin que yo tuviera la oportunidad de despedirme de ellos.

Sin darme siquiera cuenta estoy ya dentro del bar. Y reconozco a Leo enseguida.

-¡Kayden!- Grita este desde la mesa de al lado de la ventana.

Nuestra mesa favorita.

Al cabo de un rato recorriendo el lugar lentamente, comprobando que no ha cambiado nada en todos estos años, me siento enfrente de Leo.

-Oficial Tmowey, ¿Qué has averiguado?

-¿Te acuerdas qué me dijiste que viste a Criss juntarse con un chico que no te causaba buenas espinas?

-Sí. Por eso te pedí investigarlo.

-Verás...eso hice y de todo lo que he averiguado no hay nada bueno. El chico se llama Allan Clark, es italiano y trabaja para la jefa de la mafia italiana de Madrid. Allesandra Clark . Según me ha contado Mark, Criss sale con él para ayudar a la policía de Madrid a capturar a la mafia italiana. Pues llevan mucho tiempo detrás de ellos.

-¿Quién es Mark?

-Es mi colega poli de Madrid.

-Hablaré con Criss entonces. Muchas gracias Leo.

-No hay de qué hombre.

Conocí a Leo cuando tenía aproximadamente cinco años. Vivía enfrente nuestra y por un tiempo fue el mejor amigo de Criss pero cuando ella y yo nos mudamos a Madrid, ellos perdieron el contacto. Y nunca más volvieron a saber nada más el uno del otro. Aunque yo nunca perdí el contacto con él.

Es más, cada día hablábamos más que el anterior y cuándo pasó lo de mis padres Leo fue el primero en evitar que yo me derrumbase por completo. A partir de ahí se convirtió en mi segundo hermano. Mi segunda familia. Porque hay veces que la familia no está en dónde naces sino en la gente con la que creces.

-Te invito a una cerveza Kayden- Se encuentra diciéndome Leo.

A lo que yo simplemente asiento con la cabeza. Y Leo las pide.

El resto de la tarde pasa sin más. Sin incidente alguno. Hablando un poco de todo y de nada. Y de repente son las ocho de la tarde.

Seguimos en este bar donde parece que el tiempo no pasa hasta que noto cómo vibra mi teléfono del bolsillo izquierdo.

-Lo siento bro. Tengo que cogerlo. Puede ser importante- Le ofrezco una disculpa a Leo mientras cojo el móvil poniéndome de pie.

-Hola...

-K...Ka...Kayden...ha...pas...ado...una cosa terrible- Dice Criss mientras llora desde el otro de la línea.

-Criss. Calmate. ¿Qué ha pasado?- Le pregunto preocupado.

-Es...es...Kayla...Ella...está...e...en...el...hospital...

-Ahora voy para allá.

Al ver los nervios que me han entrado de repente. Leo se pone en pie y hace girar unas llaves de coche en su mano.

-Sea a dónde sea que tengas que ir, yo te llevo.



Almas Rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora