AGRESIVIDAD.
Allan.
Estoy solucionando un par de problemillas cuando escucho el tono de llamada de mi móvil...
Por lo tanto mientras disparó a estos seres inservibles cojo la llamada sin mirar ni siquiera la pantalla antes.
-¿Quién es?
-Allan. Soy Kayla.
-¿Qué quieres, depresso?
-Mañana es el cumpleaños de Criss. ¿Te apetece venir a tomar algo está noche con nosotras y algunas compañeras más de trabajo de Criss?
-Por supuesto querida. Pero, ¿Por qué me estás llamando tú en vez de ella?
-Porque ella no lo sabe. Es una sorpresa.
Con eso me cuelga. Dejándome claro que no le hace mucha gracia tener que invitarme pero haciéndolo igualmente por la felicidad de su mejor amiga.
¡Qué mona!
Por lo tanto salgo de la casa de estos chicos habiéndoles arrebatado la vida. Con una sonrisa en la cara. Siempre una sonrisa en la cara. La mejor que puedo fingir por ahora.
Porque ser hijo de Allesandra Clark no es nada fácil. Implica tener que matar por matar. Incluso matar a aquellas personas que fueron mis mejores aliados durante tantos años...
Pensando en esto y en el desastre que ha sido mi vida durante tantos años me dirijo al único sitio que sé que me va a calmar ese estado de furia que está emergiendo de mí ahora.
El gimnasio.
Por lo tanto, estoy pasando el resto de la tarde ahí. Encerrado entre esas paredes y dando más uso que nunca a las máquinas.
Ni siquiera eso me está calmando.
Llevo demasiada furia dentro. O...¿Me estoy sintiendo realmente culpable?
Hay demasiados juegos en la mente de un psicópata.
Recuerdo las palabras que me dijo mamá alguna vez...
****
Llegó al cumpleaños de Criss hecho una furia. En cuanto la veo empiezo a gritarla por una tontería que me ha dicho. En otras circunstancias no la hubiese dicho nada pero hoy estoy demasiado alterado...
Haciéndola así salir corriendo hacía el baño del pub.
Y para mi mala suerte es Kayla la que decide enfrentarme. Aquí en este pub. Delante de todo el mundo.
Pero eso me importa una mierda.
Todo me importa una mierda.
Si nos miran. ¡Pues qué lo hagan!
El espectáculo es gratis está vez.
-Allan deberías ir a disculparte con Criss.
-No pienso disculparme con ella.
-Allan...
-¿¡Allan qué?!- Digo a la vez que me acerco a ella.
-Allan deberías...
-¡¿Qué relajarme?! ¡¿Por qué todo el mundo me pide lo mismo?! ¡¿No veis que me es imposible relajarme?!- Sigo gritandola. Cada vez más cerca de ella.
Y a la mierda el autocontrol. Mi puño se encuentra con su cara en repetidas veces...
Hasta dejarla inconsciente en el suelo.
Con la nariz rota y los labios partidos.
Encuentro paz en tu violencia.
Es la única forma que sé de relajarme de verdad.
Y salgo de este sitio. Con un alivio que hace mucho que no sentía.
Lo necesitaba.
Necesitaba sacar esta agresividad que llevo dentro.
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Almas Rotas.
RomanceDos almas... Una ya estaba rota pero la otra... Estaba a punto de romperse en dos. ¿Podrán ellos recomponer cada pedazo de su alma rota? ¿Podrá ella sanar aún sabiendo que él se va a hundir? ¿Podrá él hundirse aún sabiendo que la salva a ella?