Bajo la Aurora

Capítulo 16

Valeria

Quería contarle a Tae lo de mi compromiso, pero tenia tiempo de sobra para hacerlo, además... quizás decírselo le ponía en un aprieto, no habíamos hablado nada sobre lo nuestro, en principio esto era solo una aventura y mas teniendo en cuenta quien era él, estaba segura de que seria difícil que fuera a mas, pero bueno... la esperanza era lo ultimo que se perdía, yo estaba abierta a intentarlo si él quería, al fin y al cabo iba a estar en Seúl.

Mientras estaba cocinando sonó el teléfono de Tae y en ese momento se desató el infierno.

- Ya venís de camino – dijo Tae a quien imaginé era Joon Su – ¿Qué? – dijo y luego me miró frunciendo el ceño – creo que no lo he entendido bien... - dijo esa vez en ingles – debía estar en el manos libres con Tamy – ¿El prometido de Valeria viene a buscarla? – se me cayó el plato de las manos y se hizo añicos... - mejor os paso con ella – la expresión de Tae era dura, estaba enfadado, me dio el teléfono y se marchó.

- ¿Qué pasa? – pregunté a Tamy en español.

- Estamos saliendo de Skadi, pero por como están las carreteras creo que no llegaremos hasta dentro de una hora, Valeria, me ha llamado tu madre... tu padre esta en el hospital – mi padre llevaba dos semanas en Seúl y hasta donde yo sabia, estaba bien, no estaba enfermo – ha tenido un ictus – aquello fue como un jarro de agua fría. Se me olvidó todo, solo me importaba mi padre.

- ¿Cuándo? ¿Cómo esta? – pregunté temblando.

- No lo sé, Min Ho ha estado intentando contactarte desde hace dos días, me ha llamado cuando estaba en Oslo y esta de camino allí con un puto helicóptero – me dijo dejándome perpleja. Si venia con esta rapidez y con estos medios es que la cosa pintaba muy mal y yo había sido una insensata y una idiota por tener el teléfono apagado.

- ¿Vienes con nosotros? – pregunté cada vez mas nerviosa. No me di cuenta de que estaba llorando.

- No, él llegará al helipuerto en diez minutos o así me ha puesto en un mensaje, imagino que le habrá dado mi teléfono tu madre. Escucha márchate sin problemas yo me quedo – terminó de decirme.

- De acuerdo, cuando este allí te llamo – le dije y colgué el teléfono.

Inmediatamente subí a hablar con Tae, estaba en su habitación, llamé a la puerta, pero no contestó.

- Necesito hablar contigo, quiero explicártelo – le dije con la puerta cerrada. Abrió y me miró como nunca nadie antes lo había hecho. Asco y rabia había en sus ojos.

- No quiero que me lo expliques – escupió - ¿Estas prometida? – preguntó.

- Si, pero... - me cortó sin mas.

- No me interesa escuchar el pero... me has hecho participe de un acto deleznable que yo personalmente aborrezco, no quiero saber nada de ti – intenté que me escuchara, pero cerró la puerta de un portazo y yo no tenia tiempo que perder en lamentarme, me fui a mi habitación me vestí y me quité su camiseta de encima, era la ultima vez que iba a oler su aroma y ya lo echaba de menos... cogí la maleta saqué todas las provisiones y dejé solo la ropa. De pronto escuché un helicóptero. Tenia que ser Min Ho.

Antes de bajar las escaleras estuve tentada de volver a llamar y decírselo todo, pero no iba a cambiar nada, quizás lo mejor era dejar que ese malentendido no se resolviera, así, la separación seria menos dolorosa. Porque ambos sabíamos que habría separación, su mundo y el mío son diferentes y mi compromiso llevaba años firmado, salir de eso seria tan difícil como que me tocara la lotería sin jugarla. No obstante escribí deprisa una nota y se la dejé a Tamy en la mesilla con otra para ella donde la pedía que sin que Tae se diera cuenta metiera esa nota en la maleta azul que había en su dormitorio, estaba segura de que ella no la leería, estaba en coreano, aunque la última frase si estaba en español.

Me abrigué con todo lo que tenia y salí fuera de la cabaña. El frio era estremecedor. Vi el helicóptero y sus luces parado en el helipuerto. Una figura se bajó y salió a mi encuentro. Casi no podía con la maleta. Por sus ojos rasgados bajo ese gorro y ese pasamontañas debía estar Min Ho.

- ¿No podrías haber ido a las Bahamas? – preguntó él cogiendo mi maleta en vilo. Ambos fuimos con rapidez hacia el helicóptero. Antes de montar no pude evitar echar la vista atrás. Era muy improbable que nos encontráramos de nuevo, pero me sorprendí a mi misma deseándolo... me sorprendí a mi misma con un agujero en el pecho... algo que no me había sucedido nunca.