Capítulo 27

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Llegue al hospital bien entrada la noche, mi madre no estaba, no había nadie en la habitación con mi padre.

Seguía igual, no había ningún avance y cuanto mas tiempo pasara en ese estado menos eran las esperanzas de que se recuperara.

- Papa te necesito a mi lado... las cosas se están saliendo de madre – le dije mientras me le agarraba la mano.

Me senté a su lado y leí algunos de sus poemas favoritos de Neruda, no se cuando me quedé dormida pero desperté de madrugada con la entrada de una enfermera.

Cogí un taxi de camino hacia mi apartamento.

***

Llegué a mi apartamento y no me esperaba lo que había pasado, todas mis cosas estaban metidas en dos maletas que alguien, presumiblemente mi madre había sacado a la puerta. Esa mujer se había vuelto loca. Por supuesto había cambiado la contraseña de acceso. Me daba igual que fueran las tres de la mañana agarré el teléfono y la marqué a su numero coreano.

- Vaya horas de llegar – me dijo nada mas descolgar. Estaba esperando la llamada.

- Estaba con papa, con quien deberías estar tú – escupí enfadada – no eres quien para entrar en mi apartamento. Dime la clave – exigí empezando a perder los papeles.

- Tu no tienes nada, tus cuentas y todo esta por el momento cancelado – tenia dos cuentas que ellos supieran, no me preocupaba, por el momento podría apañármelas con mi otra cuenta.

- Se lo que estas pensando ¿Creias que podias mantener en secreto tu cuenta de ahorro? – se me paró el corazón en ese mismo momento. Ella no podía tocar ese dinero, solo mi padre tenia acceso a las claves que le había dado por si en algún momento me pasaba algo, él era el único que sabia la existencia de esa cuenta.

- Esa cuenta es solo mia, tu no puedes tocarla – el resto de cuentas por desgracia estaban a nombre de los tres, pero aquella cuenta solo estaba a mi nombre.

- Descubrí tu pequeño secreto cuando revisaba los papeles de la caja fuerte de tu padre – se me heló la sangre. Mientras la ponía en el altavoz y se explayaba en contarme lo lista que había sido, me metí en la app del banco y casi me da un infarto cuando vi la cuenta a cero. Había hecho una transferencia con poco mas de cien mil euros que tenia... me había dejado sin blanca.

- Te odio... no sé porque me estas haciendo esto, pero solo espero que papa se despierte, le voy a contar todo, no me puedo creer que me hagas esto – estaba al borde de las lagrimas pero no le iba a dar la satisfacción de escucharme llorar.

- Tu eres la que ha complicado todo, ya estaba todo apalabrado, tú estabas de acuerdo con esa boda y de pronto aparece ese cantante del tres al cuarto y te vuelves contra tu familia – estaba ciega, solo veía los negocios y el dinero. Nunca había sido una madre cariñosa o atenta, pero ni en sueños me habría imaginado lo despiadada que podía llegar a ser – si no cumples tu palabra vamos a perder mucho dinero que ya hemos invertido, la fusión no se va a realizar... no podemos permitirnos eso, tienes que casarte con Min Ho o voy a intentar destruir la reputación de ese cantante – aquella amenaza era lo único que temía y mi madre lo sabia.

- Vete al infierno – dicho aquello colgué y me eché a llorar.

Tenia poco mas de mil euros en efectivo, no me daba para hacer mucho, estaba en una encrucijada.

No quería llamar a Tae tan tarde así que pensé en buscar un hotel barato por la zona y aclarar las ideas... no quería que Tae y su grupo se vieran envueltos en un escandalo así y si lo único que lo podía impedir era esa boda... quizás debería casarme...

Iba pensando en aquello mientras caminaba por la calle cargando las dos maletas cuando a poco mas de veinte metros de salir del complejo una furgoneta se paró a mi lado y me metió dentro junto a las maletas en menos de medio minuto. Antes de que pudiera gritar alguien me puso una capucha y un olor extraño me dejó KO.

Bajo la AuroraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora