CAPITULO 3

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CAPITULO 3

Había pasado ya una semana desde que la vio. No había vuelto a asistir a ningún baile, ni al teatro, ni siquiera la había visto en Hyde Park. Sabía donde vivía, pero no podía presentarse allí sin ninguna excusa. No había sido invitado, y él tampoco había pedido permiso para verla. Había sido indecoroso con un solo baile. Necesitaba volver a verla, a hablar con ella. Todavía recordaba su hermosa sonrisa, sus ojos azules y ese hermoso cabello negro.

Edward decidió volver a casa a hablar con su hermana. Quizás ella había llegado a conocerla, pero no estaba muy seguro. Pero él quería volver a ver a lady Dianna a como diera lugar.

Cuando llegó a casa vio el coche de Sir Brian en la puerta. Parecía ser que había vuelto a visitar a su prima. Esperaba que su hermana estuviera allí con ellos. No estaba bien visto que estuvieran solos.

Edward entró en la sala y vio con aceptación que su hermana estaba con ellos. Ahora que él estaba allí, dejaría a los novios unos minutos a solas mientras él hablaba con su hermana.

-Buenas tardes – dijo mientras se acercaba a ellos.

Sir Brian se levantó del sillón al igual que su prima y su hermana.

-Buenas tardes excelencia – dijo Sir Brian haciendo una inclinación con la cabeza – espero que no le moleste que haya venido a visitar a su prima.

-No, no me molesta – dijo Edward.

Se acercó a su prima y le dio un pequeño beso en la frente. Con el tiempo había llegado a quererla como a una hermana y deseaba que fuera feliz.

Unos días atrás Sir Brian se había presentado en su despacho pidiéndole permiso para visitarla. Él aceptó, le caía bien, pero la última palabra la tenía su prima. Subió a los aposentos de su prima y le dijo que tenía una visita.

-¿Quién es? – le preguntó un poco recelosa.

-Se trata de Sir Brian Sullivan – le dijo mientras le cogía la mano con cariño – Taylor, sino quieres recibirlo le pediré que se vaya.

-¡Oh no! – en ese momento su prima se sonrojó y Edward supo que aceptaría – aceptaré encantada su visita.

Y así es como había sucedido, a partir de ese día Sir Brian la visitaba todas las tardes para pasear o simplemente para tomar el té.

Ese día parecía ser que había decidido quedarse en casa y disfrutar de una taza de té.

-Necesito hablar contigo Amanda – le dijo a su hermana. Luego se volvió de nuevo hacía Sir Brian – le dejaré unos momentos a solas con mi prima, Sir Brian mientras hablo con mi hermana unos momentos. Pórtense bien.

-No se preocupe excelencia – le dijo Sir Brian con una inclinación de cabeza – le juro que su prima no sufrirá ningún agravio.

-Bien.

Una vez dicho esto le ofreció la mano a su hermana para que le acompañara al despacho.

La Reconquista De La PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora