CAPITULO 26
-¿Por qué nos has reunido Edward? – preguntó Taylor esa misma tarde cuando se reunieron todos en la biblioteca con el abogado -. ¿Qué ocurre?
Edward miró a su prima y a todos los allí reunidos. Había pasado solo un mes desde que su prima había traído al mundo al pequeño Alex.
-Os he reunido a todos para deciros que me voy a Kairos – dijo con seriedad -. Ya no puedo seguir negándomelo a mí mismo. Estoy enamorado de Dianna y no puedo vivir sin ella.
Edward se levantó del sillón y se dirigió a los ventanales que daban al jardín. Por dios, estaba deseando partir de inmediato.
-Pero antes de irme – dio mientras se volvía para mirarlos a todos -, debo nombrar a mi heredero. Y he pensado en el pequeño Alex. Hasta que se haga mayor tú tienes que encargarte de todo Brian.
-Lo haré con mucho gusto – dijo Sir Brian con una inclinación de cabeza.
-¿Estás seguro Edward? – preguntó su prima con preocupación -. Quizás cuando llegues sea tarde y…
-¡No! – dijo Edward mientras golpeaba el escritorio y se ponía de pie -. Falta todavía un mes, llegaré a tiempo. Por dios – Edward se pasó una mano por el cabello con exasperación -, no puedo llegar tarde. Si la pierdo mi vida ya no tendría sentido.
Amanda se levantó de su asiento y rodeó el escritorio para abrazar a su hermano con cariño.
-No te preocupes – dijo Amanda mientras lo abrazaba -. Ya verás como llegas a tiempo.
Luego Amanda se separó de su hermano y miró a Sir Brian.
-Vamos Brian – dijo Amanda mientras cogía los documentos que el abogado tenía en las manos -. Firma rápido para que mi hermano vaya a buscar cuanto antes a su mujer.
-Por supuesto – dijo Sir Brian mientras se levantaba y se dirigía al escritorio.
Edward y Sir Brian firmaron donde el abogado les indicó. Cuando terminaron de firmar, acompañaron a Edward a la puerta donde el carruaje lo estaba esperando para llevarlo al puerto.
-Cuídate hermanita – dijo Edward mientras abrazaba a su hermana -. Y cuida de mi pequeña sobrina.
-Lo haré – dijo Amanda con lágrimas en los ojos.
Edward abrazó y se despidió de todos los demás. Si todo salía bien, les mandaría una carta para que asistieran a su boda. Cuando estuvo sentado en el carruaje, se asomó por la ventanilla y volvió a hablar.
-Os haré llegar una carta cuando llegue para informaros – dijo Edward -. Cuidaros.
Golpeó el techo del carruaje y el conductor azuzó a los caballos para que emprendieran el camino al puerto. Estaba impaciente por embarcar, deseaba llegar a Kairos a la brevedad posible. Por dios, esperaba que no llegara demasiado tarde.
Media hora después, Edward llegaba al puerto y ordenaba que le subieran sus pertenencias al barco. Se encontró con el capitán en cubierta y Edward le preguntó cuánto tardarían en llegar a Kairos.
-Estando el viento a favor estaríamos allí en tres semanas excelencia – dijo el capitán.
-Bien.
Edward se despidió del capitán y se dirigió al camarote que le habían asignado. Tres semanas, tres largas semanas para volver a verla. No iba a dejar que se casara con otro, eso jamás.
Ya solo quedaba dos días para la boda y ya estaba todo preparado, menos ella. No, no estaba preparada para unir su vida a la de un hombre que no amaba. Le caía bien, era un buen hombre, pero ella no lo amaba. ¿Podría enamorarse de él con el tiempo? Lo dudaba mucho, y menos cuando tuviera a su pequeño en brazos. Ese pequeño no haría más que recordarle a su padre, el hombre al que más amaba por encima de todo. Pero había quedado claro que él no sentía lo mismo.
ESTÁS LEYENDO
La Reconquista De La Princesa
Romance" NOMINADA A LOS PREMIOS WATTYS 2013". Diana una princesa de una isla griega ve como asesinan a toda su familia. La llevan a otro país para protegerla de los enemigos. Con el tiempo recupera la memoria, ya que la perdió de pequeña, y decide recupera...