EPILOGO

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EPILOGO.

Varios meses después…

Dianna estaba en la habitación del pequeño George dándole de comer. Mientras su hijo comía, ella empezó a recordar el día más feliz de su vida, su boda.

Se casaron un mes después de su declaración de amor. Ese día, Dianna llevaba un hermoso vestido blanco y una corona de diamantes. Edward estaba muy apuesto con un traje militar hecho a medida. Todos sus amigos y familiares de Londres estuvieron allí acompañándoles en ese día tan especial. Dianna no pudo evitar que se le saltaran las lágrimas cuando el arzobispo les declaró marido y mujer.

-No llores – le dijo Edward en un susurro cuando la besó con delicadeza -. Estás hermosa y te amo.

-¡Oh Edward! – dijo Dianna también en un susurro -. Yo también te amo.

Después empezaron a llegar las felicitaciones por parte de todos los amigos y familiares. La celebración de la boda duró todo el día y toda la noche. Su noche de bodas fue maravillosa y especial, Edward le hizo el amor como si fuera la primera vez.

Varios días después, Edward fue coronado como rey regente de Kairos. El pueblo lo acogió con cariño y alegría. Era el hombre que ella amaba, y para ellos eso era suficiente.

Durante los meses siguientes, Edward se convirtió en un rey muy querido por todos. Era amable con todo el mundo, se preocupaba mucho por el pueblo y sobre todo amaba con todo su corazón a su reina.

Dianna no pudo evitar sonreír al recordar todo aquello. A Edward le estaba costando un poco aprender el idioma, aunque se la arreglaba bien. George se había quedado dormido en sus brazos, y con cuidado Dianna lo dejó en su cuna mientras le daba un pequeño beso en la frente.

-¿Se ha dormido ya? – preguntó Edward de pronto mientras se acercaba a ella.

-Sí – dijo Dianna mientras le sonreía.

Edward le besó delicadamente en los labios mientras la abrazaba con cariño. Se quedaron mirando a su hijo que dormía en la cuna plácidamente.

-Es hermoso – dijo Edward mientras se inclinaba y depositaba con delicadeza un beso en la cabecita de su hijo.

-Si – dijo Dianna mientras abrazaba a su marido por la espalda -. Se parece a su padre.

Edward se dio la vuelta y volvió a abrazarla con cariño mientras volvía a besarla con pasión. Por dios, nunca se cansaría de besar esos maravillosos labios.

-Mi hermosa reina – dijo Edward mientras enterraba el rostro en su cuello y le daba un pequeño beso -. Eres lo más maravilloso que me ha pasado en la vida. Te amo con toda mi alma y te prometo aquí y ahora delante de nuestro hijo, que jamás voy a dejar de amarte. Mi amor por ti es eterno.

-¡Oh Edward! – dijo Dianna con los ojos llenos de lágrimas mientras le cogía del rostro y depositaba un pequeño beso en los labios -. Te amo mi rey. Te amaré siempre, hasta la eternidad.

Y con esas palabras, los reyes de Kairos volvieron a fundirse en un hermoso beso.

Bueno, este es el final de la historia. Gracias a todos los que os la habéis leído y espero que os haya gustado. Os agradezco a todos vuestros comentarios y votos. Han significado mucho para mí. También quiero agradecer a mi amiga Inma el haberme ayudado cuando estaba bloqueada. Mil gracias.

A todos mis fans, gracias muchas gracias por seguirme. Espero que pronto pueda escribir otra. Un besazo a todos!!!! Nos vemos…

La Reconquista De La PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora