CAPITULO 4

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CAPITULO 4

Dianna estaba sentada en la mesa de la sala del desayuno pensando en todo lo que había ocurrido la tarde anterior en la casa del duque, y también en la noche que le esperaba en el teatro. Dios, estaba nerviosa, por fin iba a ver una obra de teatro. Pero sobre todo estaba nerviosa porque iba a volver a ver al duque. No sabía lo que le pasaba con ese hombre, se ponía muy nerviosa estando a su lado. Era un hombre muy apuesto y galante, y Dianna se sentía realmente atraída por él.

Se imaginaba que no era la única dama que se sentía así. Debía de tener a muchas damas detrás de él, sobre todo las casaderas. Tenía un título muy importante y se imaginaba que las madres de dichas damas querrían cazarlo para sus hijas.

A primera hora de la mañana Dianna había mandado una nota al duque diciéndole que aceptaban ir al teatro, que se verían allí. Kiros aceptó con la condición de que él las llevaría hasta la puerta, y que se quedaría con ellas hasta que el duque apareciera y pudiera acompañarlas. A Dianna le pareció bien, de todas maneras Kiros siempre las acompañaba a todos lados, estaba acostumbrada.

-¿Qué haces aquí sola pequeña? – preguntó Ellen de pronto mientras entraba en la sala y se sentaba junto a ella.

-¡Oh nana! No te he oído llegar – dijo Dianna volviendo en sí.

-Ya lo veo, se te veía muy pensativa – dijo Ellen con una sonrisa - ¿Dónde está Kiros? Creía que estaría aquí contigo – dijo Ellen con desilusión.

-Dijo que tenía que hacer unos recados – dijo Dianna encogiéndose de hombros – ya sabes que suele ser muy enigmático a veces con sus cosas.

-Sí, es verdad.

Ellen se quedó un rato pensativa preguntándose si Kiros había vuelto a buscar a los turcos. Desde que los vio aquella vez, Kiros salía todos los días a recorrer Londres en busca de posibles pistas para encontrar a esos hombres. Kiros estaba casi seguro que estaban detrás de Dianna, y que por eso él era tan protector con ella. Pero si era así, ¿cuándo la habían descubierto? No estaba segura, pero ella también quería que Kiros encontrara a esos hombres para que su niña estuviera a salvo.

-¿Estás nerviosa por lo de esta noche? – dijo de pronto Ellen para cambiar de tema.

-¡Oh nana! Estoy realmente nerviosa – dijo Dianna con un suspiro – todavía no sé que vestido ponerme. Quiero estar guapa.

-Pequeña, tu siempre te ves guapa con lo que te pongas – dijo Ellen con una sonrisa -. No te preocupes, yo te ayudare a elegir bien. Seguro que le gustarás mucho al duque.

Dianna sonrió con ganas, sabía que su nana iba a adivinar que quería estar guapa para el duque, la conocía bastante bien.

Edward estaba en su despacho pensando en la nota que había recibido de lady Dianna. Le decía que se verían allí, por qué no podía él recogerlas. Quizás fuera que el tal Kiros la querría llevar por su cuenta. Pero, ¿por qué? Ese tipo era demasiado protector con ella.

La Reconquista De La PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora