✩。: Prometido

531 61 45
                                    

Llegó el primer día de clases, Jeongin estaba feliz, había crecido unos centímetros más, esperaba por alguna razón estar más alto que Chan, moría porque así fuese

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llegó el primer día de clases, Jeongin estaba feliz, había crecido unos centímetros más, esperaba por alguna razón estar más alto que Chan, moría porque así fuese.

Estaba nervioso, no habían hablado para nada, lo último que pasó entre ambos fue aquel beso.

Su omega al igual que él moría por verlo, se vistió y fue con dirección a su colegio.

Una vez que llegó, se emocionó al ver que Chan y él estaban en la misma clase. Aún no lo había visto, pero debía ir a formarse, se encontró con Aiki en el camino.

—¿Ya viste a Chan? —preguntó esta con calma.

—Amm, no —respondió, tranquilo, aunque su corazón latiera rápidamente.

—Está alto.

Bien aquella ilusión de ser un poco más alto se había desvanecido.

Llegaron a la formación, ambos se pusieron al final de la fila, divisó a Chan al frente. En efecto, Chan estaba mucho más alto y ya no tenía aquellas mechas blancas, todo su cabello era negro, vio como tiraba de este hacia atrás. Se miraba muy bien, Jeongin no pudo evitar sentirse nervioso. ¿Acaso le explicaría lo del beso, O lo ignoraría?

Llegó a aquel salón con Aiki, la maestra los dejó esperando en la puerta, ya que tenía que ponerlos según su lista. Llamó a Jeongin poniéndolo en la fila del medio hacia la izquierda. Lo sentaron junto a Soyeon, se sintió feliz.

Apenas tomaba asiento cuando escuchó el nombre de Chan. Lo habían colocado justo atrás suyo. Quería ignorar sus nervios, no quería que Chan lo notase al pasar a lado suyo.

Sólo se recostó sobre su mesa mientras dirigía su vista a Aiki, esta le sonrió, aquello le dio tranquilidad, cosa que terminó cuando su omega empezó a aullar en su interior al sentir a su alfa. Jeongin le gritaba que parase, ni siquiera habían cruzado una palabra. Chan se sentó junto a otro alfa, el más revoltoso del salón; Changbin.

Una vez que terminaron de poner a todos, la maestra comenzó a hablar.

Daba indicaciones de cómo avanzaría durante el año, Jeongin sentía la mirada penetrante de Chan atrás suyo, la hora de recreo estaba cerca y no tenía idea de cómo comenzar una conversación con él.

La campana sonó, Changbin salió corriendo y Soyeon se levantó tranquila al sitio de Aiki.

—¿Entonces no piensas hablarme, Innie? —sintió un gran escalofrío al escuchar su voz, esta era un poco más grave, más... Sensual.

No quería voltearse, su corazón latía ya demasiado rápido. Empezó a sacar comida de su mochila.

—Lo siento, Channie —sonrió, volteándose—. Me alegra que te sientes cerca —intentaba manejar sus nervios lo mejor que podía.

—Veo que creciste un poco, Innie —dijo cariñosamente, tenía las manos en los bolsillos y estaba recostado sobre su silla.

—Tú creciste más, Channie —hizo un leve puchero, recostándose sobre la mesa de Chan—, y ya no veo tus mechitas —dijo inclinando un poco la cabeza.

Luz de luna ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora