✩。: Te amo

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Alistaba las cosas de Jeongin, ropa, sus medicinas, algunos juguetes para que el Omega se divierta

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Alistaba las cosas de Jeongin, ropa, sus medicinas, algunos juguetes para que el Omega se divierta.

Todo se encontraba listo, también alistó dulces, sabía cuánto le gustaba el chocolate a Jeongin, por lo que también le guardo unos cuantos. Ahora mismo lo tenía descansando sobre su hombro. Estaban viendo tele en su cuarto tranquilos.

—Mi amor, es hora de salir —dijo dejando un corto beso en su cabeza.

—No —soltó mirándolo directamente.

—Bebé, no podré cuidarte estos días —dijo acariciando su rostro con dulzura—. No podré contenerme...

—Quiero... Alfa... —dijo con sus ojos cristalizándose.

—Pero amor, estarás con Hyunjin y tus papás, te divertirás mucho —dijo con una sonrisa.

—Alfa... Mghmm...

—Empezó a subirse sobre él.

—Bebé, no hagas eso —decía mordiéndose el labio, sentía el duro pene de Jeongin sobre el suyo, no podía evitar excitarse.

Jeongin empezaba a moverse suavemente, pronto se dirigió hacia el cuello de Chan, dejando húmedos besos. Chan quería detenerlo...

—Jeongin... Mghmm —sintió unos juguetones dientes, mordía suavemente, empezaba a prenderse... De pronto sentía aquel húmedo líquido, Jeongin siempre lubricaba de aquella manera con Chan. El olor lo empezaba a matar. Sentía las feromonas sexuales.

—Bebé, deja de hacer eso, me volverás loco — Intento alejarse, pero no pudo hacer otra cosa que verlo cuando su Omega solito empezaba a desnudarse, era tan tierno por su torpeza al hacerlo y al mismo tiempo en extremo excitante.

Notó como el pene de Jeongin tan rosado daba pequeños saltos por sus movimientos, aquellas heridas estaban cicatrizadas y el líquido no dejaba de caer por su dilatado ano. Sacudía su cabeza, tenía que concentrarse, no podía perder la cabeza.

—Channie... Fóllame —su voz sonaba a suplica, no lograba pensar bien.

No se suponía que algo así pasara.

Chan bajo sus pantalones y liberó su erección, Jeongin se relamía los labios.

No tenía el control de su cuerpo. Jeongin se le acercó y empezó a dar suaves lamidas por su pene.

—Mghmm... Innie... Aghmm...—este chupaba con gusto. Se lo empezaba a meter en toda su boca. Chan se estaba dejando llevar, ahora por su cabeza solo pasaban imágenes de él penetrándolo, tenía que parar, podía lastimarlo.

Se alejó, como pudo, tomó el teléfono rápidamente. Le marcó a Hyunjin.

—Tienes que venir, Hyunjin, yo... Perderé la cabeza, llévate mi auto y cuídenlo.

Evitaba mirar hacia donde estaba Jeongin, sabía que aquella imagen lo tentaría de la peor forma. Colgó rápidamente, debía encerrarse en el baño...

Luz de luna ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora