Capítulo 4

7.1K 436 19
                                    

"Puede que salga bien, puede que no, pero creo que lo más importante es que aprenderás de ello". Sergio Pérez, actual piloto de Fórmula 1.


—¿Qué? Pero tú dijiste que estaba bien.

Charles alza ambas manos sobre la mesa para tranquilizar a la chica.

—Y lo está. Lo que sucedió es que después del vuelo a casa, se empezó a sentir mal y le dolía demasiado el abdomen —explica con detenimiento—. Resulta que su presión arterial estaba muy elevada y desató un coágulo de sangre en su abdomen.

—Claro —responde Astrid de lo más obvia—. Estaba muy reciente del accidente, no tendría que haberse subido a un avión. El doctor debió habérselo dicho.

—Pues o no lo hizo o Arthur lo olvidó —repone Charles en un tono simple como antes—. Así que ahora, Arthur necesita alguien que le ayude a llevar control de su presión, el medicamento y su brazo. Y bueno, él te pidió a ti como su enfermera.

Astrid siente que le dejan caer una cubeta de agua helada sobre la cabeza. Con sus labios un poco separados, desvía la mirada y empieza a ver a todas partes, procesando lo que acaba de decir.

—¿A mí? ¿Quiere que sea su enfermera? ¿Por qué? —indaga con suma incredulidad, a lo que Charles solo asiente—. Pero..., pero tengo trabajo y aun no termino la universidad.

—Hablé con el Dr. Knight, dijo que te podían dar un descanso sin paga de cuatro meses y que podías cambiar el resto de tus clases a una modalidad virtual para no perder tiempo. Tengo entendido que es tu último semestre.

Charles saca de detrás un fajo de hojas engrapadas y membretadas con el logo de Ferrari, lo coloca en la mesa y lo desliza hacia Astrid.

—Este es el contrato —explica—. Aquí se encuentran todos los detalles sobre tu trabajo.

Abrumada con tanta información, ella intercala mirada entre las hojas llenas de letras y él. Intenta darles un vistazo a las hojas, pero se le hace difícil con tanto que procesar.

—Pero no podría mudarme a Mónaco, no podría costearlo ni mucho menos.

Charles señala a las hojas.

—Está todo ahí. Te quedarías con nosotros en una habitación extra en mi apartamento y Ferrari cubriría el resto de tus gastos incluyendo un pago por tus servicios de enfermera.

Atónita, se deja caer en la silla sin saber que decir. Toma las hojas y las empieza a leer, los puntos con lo que debe cumplir como enfermera, los horarios, sus pagos, etc.

—Arthur dijo que eras de las que buscan aventuras, creí que no tendría mucho que hacer para que dijeras que sí —comenta él, jugando con una de sus pulseras.

—Pues sí, me gustan, pero...

Pero ella siempre se refería a aventuras que creaba con respecto a su imaginación, en cambio esta, esta se trata de una aventura hecha y derecha. Una realidad si es que la acepta.

—Necesito pensarlo —dice, empezando a mover la pierna.

—Debo viajar a Austria a más tardar esta noche, así que no me gustaría presionarte, pero tienes hasta el final del almuerzo.

Ella asiente y prosigue leyendo el contrato, una y otra vez. La verdad es que no le parece tan mal, la mayoría de sus gastos están saldados y todavía le darían un pago que no está nada mal; sus tareas a diferencia de tantas cosas que hace en el hospital, parecen sencillas. Incluso hay un apartado donde mencionan sus estudios y otro donde hay un plan de viajes si tanto el doctor de cabecera de Arthur y ella con el control lo creen adecuado. ‹‹Diablos.››, piensa Astrid, ‹‹Este hombre viene preparado.››.

Fire meet gasoline - Charles Leclerc Fic ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora