Capítulo 22

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"No aspiro a ser como otros pilotos, aspiro a ser único a mi manera". Lewis Hamilton, actual piloto de Fórmula 1.


Después de unas largas noches de diversión y haber avisado a Arthur para que su hermano hiciese la reservación de habitaciones correctas, amanece con una notificación de su amigo.

Pequeño Leclerc:

Lo siento, Astrid. Las reservaciones ya están hechas y ya que Charles irá con Charlotte por lo de la gala te toca compartir habitación conmigo y Ollie.

Claro, si no te molesta :/

Una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro, imaginándose a un Arthur preocupado por su comodidad. Por otro lado, se pregunta a sí misma como no había convivido con Ollie antes si ya ha estado en eventos de Fórmula 3.

Responde y deja su celular a un lado, se estrega los ojos, doliéndole un poco por la máscara para pestañas que olvidó quitarse cuando regresó. Voltea a ver a sus compañeros de habitación y resopla divertida cuando ve las posiciones en que estos duermen: Maddox con la cabeza casi saliendo de la cama y Ariel a unos centímetros de caer por la orilla izquierda. Ella se vuelve a recostar y se estira, desperezándose mientras piensa en que las últimas dos noches han sido un sueño, fiesta tras fiesta, viviendo como la joven que es y que había olvidado por completo. Sonríe, orgullosa de su logro por más sencillo que parezca.

Puedo ir de fiesta —susurra solo para ella—. He vuelto a salir.

Con una energía renovada y llena de positivismo, se pone de pie de un brinco, toma una toalla y su ropa de cambio y se dirige al baño para una ducha. Al salir, los chicos ya están despiertos, o bueno, Ariel más que Maddox. Uno por uno toman su ducha y luego salen a buscar comida para desayunar.

—No puedo creer que todo esté tiempo nunca te atreviste a abordar el Eurostar para venir a París —le comenta Maddox mientras bebe un café cargado.

Astrid se encoge de hombros sonriendo.

—Supongo que aún no estaba lista.

—Cierto, primero debías ir a Austria, Mónaco, Mykonos... ¿Dónde más has estado?

—Le Castellet.

—Cierto, Francia, solo que no París. —Maddox alza una ceja con ironía—. Debías conocer el mundo antes de París gracias a tu jefe millonario porque la señorita no podía tomar el Eurostar.

La castaña alza una ceja y le lanza una mirada retadora.

—Mira quién habla —suelta en tono sarcástico—. El hijo de papi encargado del equipo de ingenieros de... ¿De qué? Ah, sí, de Ferrari.

Maddox apoya ambos brazos sobre la mesa y se inclina hacia Astrid que está a su derecha mientras ella coloca sus codos sobre la misma y se niega a apartar la vista.

—Pues por lo que veo tienes algo por los tipos de la escudería con un caballo, así que tal vez yo pueda ser tu tipo.

Su mirada se vuelve profunda mientras recorre el rostro de Astrid y clava su mirada en sus labios de forma descarada.

—Siempre me pregunté a qué sabían tus besos, pitufo.

La castaña se acerca más a él, sonriéndole con suficiencia.

—Y te quedarás con las ganas, Foster. —Con su dedo índice derecho sobre la nariz de él lo aleja y se ríe suave, volteándose a Ariel enfrente de ella—. ¿Puedes creer a tu amigo?

El chico de rulos rubios niega sonriendo.

—Tú lo dijiste: Maddox siendo Maddox.

—Sí, pero el descarado ha coqueteado conmigo desde que llegué a París.

Fire meet gasoline - Charles Leclerc Fic ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora