Capítulo 57

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"Debo demostrar que este es mi lugar". Alex Albon, actual piloto de Fórmula 1.


Astrid ríe mientras Carolina, su prima, le pasa una servilleta y el resto de su familia la ve entre muecas y caras graciosas.

Justo así te comías el mango cuando eras chiquita —comenta su abuela con los ojos achinados con sus arrugas y los ojos cristalizados.

La castaña pasa su lengua por su muñeca cuando el jugo del mango maduro baja por esta y Caro le hace una mueca.

Sos una puerca, Astrid Valentina —dice, pasándole otra vez la servilleta—. Para eso te traje esto, majecita.

La susodicha vuelve a reír, dejando la semilla sobre un plato y tomando la servilleta para limpiarse los labios y alrededores, además de sus brazos.

Aaah, como extrañaba el mango maduro —exclama, aun chupándose los dedos y sus sobrinos pequeños ríen.

Dale gracias a mi mamá, no sé cómo logra conseguirte de esos si no estamos en época de mango todavía —comenta uno de sus tíos pasando en medio de la sala.

Es cierto. ¿Cómo le hace, mamita?

La abuela la mira sonriente.

Eso no se dice, mi niña. Cualquier cosa por mis nietos.

Caro voltea a ver a su prima le hace una mirada, acercándose a ella.

Solo porque vienes una vez al año, de lo contrario, esos morritos de la esquina se llevan toda la atención —le dice, viendo como sus sobrinos ríen, cómplices.

Pasa el resto del día con su familia en casa, después de todo, las últimas dos semanas se las pasaron viajando por todas partes, yendo a la playa, al parque, recorriendo la Ruta de Las Flores, entre otros lugares turísticos de su país El Salvador. Para la noche, termina de arreglar sus maletas, pues su vuelo a Abu Dabi sale en la madrugada.

Oye, primix.

Carolina entra a su habitación compartida con su celular en mano. Astrid alza ambas cejas para que hable.

Se me había olvidado decirte que una de tus primas, esta la que tiene nombre de piedra. ¿Amatista? ¿Cristal? No, no era así. Ermm...

Esmeralda —dice Astrid entre risas.

Esa —exclama Caro con una gran sonrisa—. Bueno, ella me escribió por Insta. Dijo que te había escrito por wha, pero que no contestaste, tampoco en Insta. Y aja, me dijo que tenía una noticia que te quiere decir, pero como ahora la señorita viaja por el mundo, que quizás podés irla a ver.

Astrid alza ambas cejas en sorpresa y muy curiosa de qué podría ser esa noticia.

Sí, la verdad es que cuando cambié de número solo lo compartí con mis números más frecuentes y se me olvidó Esme, pero gracias por avisarme.

Carolina le sonríe y se sienta a un lado de ella en la orilla de la cama.

¿En serio no vas a volver a hablar con él?

Astrid sabiendo a quien se refiere se deja caer sobre el colchón y su prima le sigue.

No —dice con mucha determinación, aunque por dentro flaquea—. Dejó en claro que no me quiere volver a ver, que nuestra relación terminó y no seré yo la que ruegue.

Las palabras le saben a vinagre y Carolina no es ajena a las muecas que hace su prima mientras dice esas palabras.

Te conozco, Astrid —susurra sin dejar de verla a pesar que la susodicha solo ve al techo—. No sentís tus palabras, lo querés de regreso. Acéptalo, mujer.

Fire meet gasoline - Charles Leclerc Fic ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora