Capítulo 32

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Thomas

Luego de confesarle mi loca idea de haber ido a Irlanda, quedamos de nuevo en silencio, viendo ambos la luna en su mejor posición. Aún había muchas cosas por hablar, como la relación con mi padre, mis inseguridades, mis miedos más profundos, entre otras cosas, pero en ese momento en que desvié mi mirada solo para ver las facciones de su rostro gracias a la luz que irradia la luna.

En ese momento viví por primera vez lo que era sentir seguridad, en el sentido de que sientes confianza tan inmensa, libertad de expresarte y no ser juzgado, ser como eres.

Trague grueso al sentir ese sentimiento tan profundo en mi pecho, se creó un nudo en mi garganta y mi expresión fue notoria, por lo que Jones pudo darse cuenta.

—¿Qué sucede? —Pregunto ella confundida.

— Solo... —Trate de hablar, ella se acercó mucho más a mí mientras me observaba con intriga — Ando algo melancólico, nada más.

Me observo con cierta extrañeza, debe saber que no me coloco así solamente por melancolía.

—Bien... Melancolía... —Devolvió su mirada a las grandes ventanas de cristal—¿Seguro que es solo eso?

En vez de responder, deje de observarla, pensé que no me diría nada, solo se acercó, me abrazo.

—Expresarte te hará sentir mejor.

—¿Crees eso? —Pregunte embobado.

—Sabes que es así Thomas, no me vengas a decir lo contrario.

Sonreí al oírla.

—Bien, solo no esperes mucho, me conoces como para saber que no soy muy expresivo.

Ella asintió, ahí comencé a hablar. Di a conocer mi historia desde que era muy joven, la infidelidad de mi padre a mi madre y cómo eso había afectado a mi familia, tanto como a mí, todo lo que trajo como consecuencia aún en el presente. Me lo tomé muy personal, mi madre sufrió y yo tuve que quedarme como un espectador, ya que el ser mediador no logre de nada, le conté lo de mi hermanastro y mi historia con Jacqueline; como me había ido en el amor, la realidad de todo es que no sentí amor y estuve años con alguien pensando que así era el amor, el daño que le cause a Sofía. Me había resignado a que solo con estar con ella y disfrutar de buenos ratos lo era todo; me exprese en su totalidad, no lloraba frente a alguien desde que era pequeño, como cuando llegaba hasta donde se encontrara mi madre a llorar por cosas como algún golpe o cuando perdí mi peluche de dinosaurio favorito.

—Comprendo que no digas nada ahora... Solamente me siento vulnerable con solo tu mirada y no sé qué suceda después de esto, pero únicamente puedo decir que realmente... Te amo.

Subí mi rostro y observé su semblante, al verla supuse que estaba en shock debido a todo lo que había dicho; sin embargo, sus palabras cambiaron todo.

Ivanha

Todo lo que Thomas había pasado, el gran Thomas Williams estaba frente a mí, sus ojos azules se hallaban cristalizados y su respiración se entrecortaba, buscaba la manera de ocultarlo, pero se le hacía imposible. Pensaba que decir, pero mis palabras en ese momento no me salían, este era él, respire hondo y una media sonrisa decoro mi rostro.

—No puedo ni puedes cambiar lo que en tu pasado sucedió, porque ya pasó, todo eso te convirtió en lo que tú decidiste ser. A veces debemos aprender a perdonar aunque nos cueste, también tenemos que aprender que hay cosas que se nos salen de las manos y eso no es nuestra culpa... —Comencé a hablar—Vengo de una familia numerosa y que siempre ponemos en práctica valores tan básicos como el perdonar o compartir, aunque es algo tan básico que aprendemos en el kínder, pues, realmente nos acompañarán toda la vida. Y siendo sincera, eres muy valiente y una gran persona, por más y más te mereces mucho, y ese «mucho» soy yo—Sonrió al oír eso—Bromeaba—Sonreí por igual.

—Lo sé Ivanha.

—Shh, no termino aún—Me miró de manera divertida esperando que terminara de hablar—No sé tampoco qué nos espera luego de tantas cosas, vueltas al mundo y tantas bajas como altas, solo es parte de todo esto, ¿no? Aprendí mucho de todo esto y tú por igual, así que... Yo igual te amo, quiero que sea esto recíproco, eh, amarte como tú me amas a mí y viceversa.

Ambos reímos un poco, no dijimos nada más esa noche, estábamos agotados.

Aunque esa noche fue un gran paso en lo que sería nuestra relación. En año nuevo todos gritábamos y celebrábamos, mi familia y la de Thomas pues, se estaban conociendo y llevando muy bien, sobre todo mi madre les enseñaba a la de Thomas recetas y se volvían unidas, todos estaban en una gran celebración y por fin estábamos solos en el gran patio.

—Dios, eso si fue celebrar—Decía Thomas mientras se sentaba a mi lado, exhausto.

—¿No viste a Peter? ¡Si se bebió todo el vino! Es muy parecido a Sidney ahora que lo pienso.

Thomas reía al recordar a su hermano extremadamente ebrio cantando canciones navideñas vestido de Santa Claus peleando junto a las chicas, Harry y Ethan por quien tenía la razón en que era innecesario disfrazarse de Santa Claus en año nuevo.

—Recuérdame no darle más nunca de beber.

—Hecho.

Quedamos un rato en silencio el cual rompió al preguntar:

—Nunca te pregunté pero, ¿Cuál es tu propósito este año?

—No lo sé, sólo está abrir la tienda en febrero, de resto...

—¿Sólo eso? —Preguntaba curioso.

—Pues, si... —Respondí poco convencida.

—No puede ser, si este año será bisiesto, ¿no piensas siquiera pedirme matrimonio?

Al escuchar lo que había dicho no evite estallar en risas, negué varias veces con mi cabeza.

—Ivanha Rose Jones, hablo muy enserio—Lo miré y volví a negar entre risas.

—Incluso lo fuera a hacer o no, no te lo diría. Yo iré a mi habitación a dormir, buenas noches cariño.

—¡Ivanha! —Oí su llamado e hice caso omiso y seguí caminando en dirección a mi habitación.

Sea como sea, igual estaríamos juntos.

Una chef novataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora