Capítulo 26

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Ivanha

¿Qué hacer cuando de la nada un extraño arruina todo por lo que luchaste?

Si alguien sabe, por favor que me diga que hacer en estos casos.

Llegué a casa realmente deprimida, suspiré y apenas pasé por la puerta, comenzaron a lanzar papelitos al aire y observé un gran cartel con "Felicidades" escrito en varios colores, tragué en seco mientras trataba de aguantar las ganas de crear un mar de lágrimas.

—¡Aww! Mírenla, va a llorar de felicidad—dijo Harry, quien sostenía el cartel—O eso creo.

Cerré la puerta tras de mí y dejé salir un largo suspiro.

—Creo que algo no salió bien—Susurro Melody de manera audible.

—¿Niña?—Sídney se acercó.

Me preparaba mentalmente para hablarles sobre lo que pasaba, no podía mentirles.

—Eh, llegué a la oficina y me avisaron que alguien más compró el lugar—Me encogí de hombros demostrando poca importancia sobre ello—Así que me devolví.

En realidad, si me importaba y mucho, pero, ¿Qué puedo hacer? Solamente queda buscar un nuevo lugar y seguir. Se creó un silencio entre nosotros, el cual como es de costumbre, Sídney suele romper.

—¡Qué más da! Buscamos otro lugar y ya, la fiesta no sé hizo porque sí—Le quitó el cartel a Harry y busco un marcador.

Todos nos vimos las caras y la seguimos.

—Ya está,—Se dio la vuelta mostrándonos el cartel en el cual tacho "Felicidades" y colocó "Otro intento más"—Ahora, a celebrar jóvenes, la vida solo es una.

Tomando una botella de vino nos llevó a todos a la sala, luego de dos copas y habernos comido el pastel que hizo Harry, nos sentamos en el sofá a ver La ley y el Orden, llevaba un montón de tiempo sin verlo y podría ayudarme a levantarme los ánimos.

—Oh por Dios—Exclamó Sídney sorprendida al ver a Rafael Barba.

—¡Hey! Sídney, no piropees a mi hombre—Amenacé.

—Ya no es tuyo, socia—Fingí sorpresa.

—Ivanha ¿tú no tienes que trabajar?—Preguntaba Harry desde el suelo, no entraban más personas en el sofá, así que Harry y Rosco decidieron enrollarse con las cobijas en el suelo.

—Ah, sí, es cierto que yo trabajo—Reí y me levanté del sofá.

—¿Volverás tarde?—Me di la vuelta para responder.

—Es turno de noche, probablemente llegue a eso de las 2 am—Conteste y fui a la habitación para ducharme y arreglarme.

Al terminar de peinar mi cabello aún rubio, al salir del baño me coloqué mis tenis blancos y salí a despedirme.

—¡Vuelvo después!—Grité desde la puerta.

Me coloqué mis auriculares y dejé sonando mi playlist en aleatorio, pasé frente a la peluquería de Marie quería entrar a saludar, pero llegaría tarde si me quedaba hablando, eso me recordó a que tengo que cambiar el color de mi cabello.

Peter, donde quieras que estés, te odio.

Llegando al club me topé con Hazel quien venía igual de puntual.

—¡Ivanha!

—¡Hazel!

Sonrió.

—Hoy te toca estar en la barra con Apolo, no quiero que confundan otra vez las cosas—Volcó los ojos y reí.

Una chef novataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora