Una chef novata

Capítulo 18

—Ivanha, va a llover mucho más fuerte y creo que no será nada divertido mojarse—Hablaba mientras manejaba.

—Si me enfermo será mi problema, ahora gracias puedes seguir tu camino.

—Si lo será—Aún me seguía.

—Ugh—Pare y él siguió manejando.

—Oh, pensé que seguirás caminando—Dijo devolviéndose, logrando sacarme una risa, lo siento, pero en serio me causo gracia la situación—¿Ya me dirás qué te sucede niña Muffins?—Se levantó del scooter mientras se quitaba el casco para luego colocarse frente a mí.

A la distancia pude oler su perfume, una fragancia de esas que son más que un placer, olfatear, olía muy bien, levanté mi mirada para encontrarme con sus ojos color miel, me veían tratando de analizar mi actitud, mi vista pasó de sus ojos a sus labios finos y de tonalidad rosácea los cuales formaron una gran sonrisa.

—¿Ya me dirás qué te sucede, niña?—preguntó preocupado.

Un silencio incómodo reinó entre nosotros. Todo esto me estaba deshaciendo, saber que me gusta mi jefe, que probablemente él no sienta nada, estar siendo ignorada y estar lejos de mis familiares, amigos, entre otros más que me hubiera de reanimar solo con hablar con ellos, pues en ese instante estaba y me sentía sola.

Al cabo de unos minutos por fin habló uno de nosotros.

—¿Me vas a decir?—preguntó.

Su pregunta me sacó de lugar; sin embargo, no quería responder que sí, porque él ya lo notó.

—Bien, entiendo que no quieras responder. Así que, antes de que comience a empeorar la lluvia. ¿A dónde vamos?

—No lo sé, no sé nada de Londres.

Haciendo una mueca paso a colocar sus labios en una línea, tenía razón, el clima no se veía de lo mejor, era propenso a que hubiera fuertes lluvias.

—Tengo una idea—Posiciono sus manos en mis hombros—¿Me sigues o te dejo en donde te hospedas?—Pregunto.

Debían ser las más de las seis de la tarde agregando que tengo que estar a las siete en donde sería el hotel Golden para que podamos ir de nuevo al hospedaje. El tiempo juega un papel crucial en esta situación, irme con él sería mejor que estar en la cabaña otra vez siendo ignorada.

—Te sigo.

Acepté su propuesta a lo cual sonrió, me tomó de la mano para subirnos en su scooter.

—Ten—Me pasó un casco diferente al de él, este era rosa.

—¿Por qué rosa?—Reí mientras me lo colocaba.

—Lo compré para mi sobrina—Respondió a mi pregunta mientras encendía el scooter.

No respondí a ello, pero algo nuevo es que supe que tenía una sobrina.

Pase mis manos por su torso y sujetarme de su cintura, apenas comenzó a conducir, la lluvia caía sobre nosotros y yo ni siquiera sabía a dónde nos dirigimos, lo mínimo que espero es no meterme en problemas.

—¿A dónde vamos?—Pregunté.

—¿Confías en mí?—Respondió con otra pregunta.

—La verdad no—Me sinceré y empezó a reír.

—Tranquila, no te secuestro ni nada por el estilo—Siguió riendo—Solo confía en mí.

—Eh, lo intentaré, pero no prometo nada.