Una gota de agua en una hoja de Loto

Capítulo 09 | Una gota de agua

UNA GOTA DE AGUA

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Seguridad y vigilancia, vaya tontería. Nos han explicado las responsabilidades que recaen en nosotros y prácticamente somos los guardabosques del lugar.

Debemos vigilar el área y a los chicos para que no hagan destrozos y también para mantenerlos a salvo.

¿De qué sirve intentar cuidar a un grupo de adolescentes si estamos en un bosque, en medio de la nada? A menos que seamos atacados por algún animal salvaje no tendré mucho que hacer, incluso si eso pasara sería tan inútil enfrentándolo que primero me comería a mí y luego seguiría con ellos.

Aun así, me han encomendado la tarea de marcar un perímetro de seguridad alrededor del campamento, una especie de límite que no pueden cruzar los chicos cuando estén en su tiempo libre y decidan vagar por ahí.

Como si la línea blanca que estoy trazando con cal por entre los árboles fuera a detenerlos para irse a enredar con quién quieran cuando nadie los vea.

El hecho de que tenga que estar rondando por aquí hasta el atardecer no será impedimento para que lo hagan cuando yo y los otros chicos de la guardia nos vayamos a dormir.

Tampoco hará que los osos retrocedan, sólo espero que no aparezca ninguno y si lo hace, yo no esté de turno.

Sigo caminando a pesar de pensar que esta tarea es absurda, esparzo la cal guiándome por las tenues marcas que han quedado de ocasiones anteriores. Ni siquiera me han proporcionado una mascarilla para el trabajo, o un trazador que no deje escapar tanto polvo, me la paso tosiendo todo el tiempo porque mi nariz y garganta pican cuando inhalo parte de la cal.

Después de esto no esperaría una capacitación para saber que hacer en caso de alguna emergencia animal tampoco.

El bosque parece inofensivo y espero que siga así, todo está silencioso, o bueno, lo que el silencio en el bosque significa, se puede escuchar el viento, las ramas chocando unas con otras, y a las aves graznando en lo alto. Sí pongo un poco más de atención, puedo escuchar el ajetreo del campamento, pero no quiero hacerlo, no me importa estar tan adentrada entre los árboles si así puedo alejarme un poco de los demás y despejar mis pensamientos de Becky.

No sé qué como proceder ahora, no puedo pensar en estar cerca de ella cuando ella no siente lo mismo por mí y a la vez me siento mal de hablarle de forma cortante. Tendría que haber sido fácil, no debería decirme que quiere arreglar las cosas, se supone que no le afectaría lo que yo hiciera. Pero parecía que sí.

No quiero seguir dándole vueltas al asunto, me duele repetirme una y otra vez que Becky nunca va a corresponder mis sentimientos, es doloroso a pesar de que creo que es la mejor decisión qué puedo tomar ahora, necesito alejarme para asimilarlo y deje de doler eventualmente.

Oigo cómo crujen un par de ramas a lo lejos, el sonido apenas es perceptible, pero lo suficiente para hacer que mi cuerpo reaccione y se ponga alerta. Giro tratando de saber de dónde ha salido ese ruido, odiaría la idea de que hay un animal por ahí, es mi primera ronda y sería trágico que acabe por ser atacada.

Me pongo nerviosa de pronto, así que comienzo a hacer mi trabajo más rápido para poder volver sana y salva cuanto antes al campamento y a la cabaña, necesito darme un baño y quitarme toda esta cal que me ha manchado las manos y las piernas.

Lo único que ganó apresurando mis pasos para finalizar el trabajo antes, es tropezar y caer al suelo soltando la cal, cierro los ojos y la boca ante la nube blanca que se levanta frente a mí.