Capítulo 24 | De dominio público

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DE DOMINIO PUBLICO

💧✧----✧ FREEN ✧----✧💧

Por la mañana no me quiero levantar, es demasiado placentero tener a Becky abrazándome y respirando cerca de mi cuello. Me muevo lo suficiente para poder admirar su rostro dormido y relajado, sonrío sin pensarlo y deposito un ligero beso en su frente.

La siento removerse un poco y me preocupo de perturbar su sueño, me quedo quieta y vuelvo a cerrar mis ojos esperando que el tiempo pase lento y sin importarme que tengamos que levantarnos para ir a clases.

Pero esa tranquilidad no dura mucho, mi teléfono empieza a sonar sobresaltándonos a ambas. Maldigo no haberlo tenido en silencio mientras me levanto para buscarlo, me enredo en una de las sábanas y salgo de la habitación siguiendo el sonido, lo encuentro en el sofá con la pantalla encendida y el nombre de Heng en él.

Cuelgo enseguida.

—Freen... —Becky me llama con voz grave, luego vuelve a bostezar.

Me giro para verla y la veo al igual que yo, cubierta en una sábana, me gusta la imagen.

—Lo siento, olvide ponerlo en silencio.

—¿Qué no tienes alarmas para despertar? —pregunta tallándose los ojos, y se me hace la cosa más tierna que existe—. Debemos ir a clases, ¿por qué no me despertaste? ¿qué hora es?

Parece algo ansiosa a pesar de que está somnolienta. Tomo mi teléfono y vuelvo a la habitación, ella me sigue y sienta en la cama conmigo.

—No suelo tener alarmas, despierto sola, ya estaba despierta desde hace media hora —le digo encogiéndome de hombros.

Ella se intenta peinar con los dedos, su cabello cae de forma descuidada sobre sus hombros desnudos y aprovecho para dejar un pequeño beso en ellos.

—Buenos días, por cierto —le digo y ella me contesta con un gruñido que me hace gracia.

—Mi teléfono debe estar apagado, porque yo si tengo alarmas y no las oí —comenta girando su cabeza hacia mí y depositando un beso rápido en mis labios—. Buenos días, ¿qué hora es?

—Faltan media hora para entrar a clases —le anuncio.

—¡Media hora! —exclama y se levanta para buscar sus cosas—. Ni siquiera traje mi uniforme, no me dará tiempo de ir a mi departamento.

Se rinde, chilla resignada mientras se vuelve a sentar a mi lado y deja caer sus hombros sabiendo que no lo logrará. Por un instante me arrepiento de no haberla despertado, yo no tengo problema con llegar a la hora siguiente, pero no contemplé que Becky podría tener cosas importantes que entregar o ver hoy en su primera clase.

—Lo siento.

—Esta bien, tendré que ir a la siguiente.

—Le avisaré a Heng que yo igual, llegaré para la siguiente clase —digo recuperando mi teléfono para mensajearle, supongo que por eso me marcaba. Cuando levanto la vista Becky está observándome fijamente—. ¿Qué pasa?

—¿Por qué tienes que avisarle a Heng? —pregunta curiosa y a la vez algo reacia.

—Era él quien me marcaba, suele hacerlo cuando voy atrasada —le explico creyendo que no tiene nada de malo, pero su expresión no dice lo mismo.

De pronto recuerdo la visita de Heng ayer, lo que hablamos sobre Becky y viene a mi cabeza el tema. No se agradan, eso no es una sorpresa, pero tal vez debería aclararlo con ella como lo hice con él.

Una gota de agua en una hoja de LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora